Les cuento que acabo de disfrutar otra magnífica novela de escritora argentina Adriana Hartwig. Aún varias horas después de leer la última página, me encontraba inmersa en la selva, envuelta en las sombras de verdes y variados árboles; rodeada de una vegetación única y tan fascinante como desconcertante.
Sinopsis: El desarraigo tiene muchas formas: el exilio que esconde a un padre y a una hija que huyen de las acusaciones de la Santa Inquisición, que peregrinan desde España hasta las zonas más distantes de ese nuevo continente que se llama “América”. El exilio también es la incertidumbre de no saber si esos ojos tan claros, acechantes, que ella no puede dejar de encontrarse, son un cobijo, una casa, o la más cruda intemperie.
Ana Cruz lo ha perdido todo ya incontables veces. Apenas tiene de su madre –asesinada por la Santa Inquisición– la afición por la herboristería a la que, entre huida y huida, no puede llevar a cabo: los últimos años los ha pasado escapando del Santo Oficio que la considera bruja como a su madre. De Toledo a México, de México a Lima, de Lima a la selva: a la misión jesuítica San Jorge Mártir. Allí, alejada de todo, ella puede cultivar sus hierbas y atender, sin que la sombra de la brujería la persiga, a niños, ancianos y hombres.
Allí también están esos ojos tan claros como un cielo límpido que la acechan; los ojos de ese al que apodan “Jaguar”, que también es un exiliado, mezcla de europeo y americano, audaz como un felino, cálido como una mañana.
Cuando unos hombres sin ley y sin dios arrasen con la misión jesuítica, cuando Ana Cruz vuelva a perderlo todo y quede una vez más al borde de la huida, entonces deberá abrirse paso en la selva que la rodea y decidir si el Jaguar, ese que al que los rumores acusan de cosas innombrables, es con quien podrá hacer una patria que la aleje para siempre de los exilios.
La manera de escribir de Adriana te envuelve, te atrapa y te sumerge en la novela de forma tal que aún luego de dejar la lectura te encuentras rodeado de sus paisajes y personajes. Los protagonistas no son sólo Ana Cruz y el Jaguar, ambos son fascinantes, pero a mí me encantaron además: Arandú, Yvera, Aguara Hú y Kerana... amores fuertes, profundos, desgarradores, impresionantes... Al principio me costó familiarizarme con los nombres y palabras en guaraní, pero al poco tiempo ya los había incorporado de manera sorprendente. Lo que logra Adriana conmigo cuando la leo es maravilloso, mi imaginación llega muy lejos, realmente me encanta leer sus novelas. En esta oportunidad me emocioné hasta las lágrimas con el final...
Les comparto frases que hablan de lo que el libro ofrece:
"Los olores despiertan recuerdos dormidos."
"Sólo se sentiría a salvo cuando la distancia entre su hija y la muerte se convirtiera en un abismo infranqueable."
"El dolor le oscureció la mirada cuando los recuerdos se arrojaron sobre él como perros de presa."
"A veces el diablo cela de aquellos que han nacido con el brillo de las estrellas en el corazón -pensó-, y no es extraño que trate de destruirlos."
"El conocimiento pondrá alas a tus pies."
"Sólo había que observar aquellos ojos impávidos para encontrar el reflejo de la oscuridad que acechaba en su alma."
"Arriesgas tu alma al torcer los caminos que ya están dibujados a tus pies."
"Reconocer nuestras debilidades nos hace fuertes -caviló en voz alta-. Debes enfrentarlas, dominarlas, hacer de ellas un escudo. Sólo así te convertirás en el guerrero que deseas ser."
"Un momento del pasado distante abandonó el olvido."
"El viento correteó entre los arbustos y le heló los labios y las mejillas con sus suspiros."
"¿Qué eres para mí, preguntas? La ausencia que siempre anhelaré."
Saludos a todos.
Dolly Gerasol
Es buenisima, la compre en papel y ni me arrepiento. Aconsejo su lectura. saludos.
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