Un lugar para comentar que me hace sentir "leer un buen libro". Un lugar donde recomendar esos libros que tanto me gustaron. Y porque no traerles alguna frase sobre lo que inspiran los libros.

Reseñas, novedades y noticias literarias, relatos, poesía y más...

jueves, 31 de mayo de 2012

La primera entrevista

Hola a todos:

Hoy tengo el gusto de contarles que me han hecho la primera entrevista literaria!!! Estoy más que agradecida y contenta desde que Emma Buffei, la creadora del blog El cementerio de los libros olvidados, me hizo la propuesta hace unos días. Con Emma nos conocimos a través del grupo Adictos a la Escritura, en el que participamos mensualmente con nuestros relatos, desde entonces nos contactamos diariamente por Facebook. 
Quiero que ustedes pasen por su blog y disfruten de una entrevista realizada de manera impecable, en la que leerán acerca de mí y de mi blog novela. El enlace es: Dolly Gerasol y los juguetes de Katsuo. Y de paso, hojeen las publicaciones de Emma que son realmente interesantes, es un muy lindo blog.

¡¡Muchas gracias nuevamente Emma Buffei!!

Saludos a todos.
                                                                                                                               Dolly Gerasol

miércoles, 30 de mayo de 2012

Feliz y agradecida

Hola a todos:

Hoy quiero compartir con ustedes mi alegría, ya que son ustedes el motivo de la misma. Ustedes son quienes eligieron mi blog un día y lo siguen eligiendo, ustedes me acompañan cada día leyéndome y comentando mis publicaciones, ustedes son la razón por la que sigo adelante con mi blog, cada día con más entusiasmo; por todo esto quiero decirle a todos mis lectores: ¡¡¡MIL GRACIAS!!!



Estos números me brindan felicidad porque no son sólo números, representan mucho más.
¡¡¡GRACIAS QUERIDOS SEGUIDORES POR ESTAR!!!

Saludos a todos.
                                                                                                              Dolly Gerasol

Los juguetes de Katsuo - Episodio VI

Hola a todos:

Hoy les traigo otro episodio muy interesante... y un reencuentro muy esperado... :)

 

Los juguetes de Katsuo/Por Dolly Gerasol (obra provisoria)
(Todos los derechos reservados-All rights reserved)

EpisodioVI

"El “Ragguardevole” lucía su mejor gala, la decoración era delicada e impecable, aún más que de costumbre. Numerosas flores naturales perfumaban y brindaban colorido a los diversos rincones y mesas. Los invitados eran recibidos con una amplia variedad de sándwiches, canapés, entremeses y fiambres, acompañados de copas de vino, jugos exprimidos o champaña. A las mujeres se les entregaba un pequeño ramo de rosas a modo de bienvenida.
Agustina estaba impresionada por la vestimenta y el porte de esas personas, todas ostentaban superioridad y opulencia. Aunque estaba habituada a ese ambiente, le costaría mucho sentirse cómoda entre ellas.
Cada invitado contaba con un adminículo colocado en su oído que traducía, mediante un software especial, hasta veinticuatro idiomas, por lo que todos hablaban pausado para poder interpretar la mayor cantidad de diálogos. Agustina, sin dejar de sonreír, saludó a quienes se cruzaron con ella con una leve inclinación de cabeza; no se animó a emitir palabras, aún no había recibido su traductor y temía no comprenderlos si le respondían.
Mientras los participantes se ubicaban en sus asientos, Agus repasaba con la mirada el amplio salón, quedaban pocas sillas vacías y Fabio no aparecía. Se sentía intranquila, necesitaba verlo; tenía muchas preguntas para hacerle y él era el único con quien podía compartir sus investigaciones.
Estaba a punto de retirarse del lugar para respirar un poco de aire fresco, cuando un escalofrío recorrió su espalda al ver pasar delante de ella al hombre que visitó el depósito de la calle Ruggieri, acompañado por uno de sus matones y una de las mujeres robóticas. Ésta lucía como una auténtica dama un kimono de seda colorido, su largo y brillante cabello negro, junto al marcado maquillaje en su rostro, capturaron las miradas masculinas. A simple vista parecía de carne y hueso, si moderaba sus movimientos y se mantenía tímida, nadie notaría que no era humana. El hombre, en cambio, vestía formalmente el traje azul, a pesar de su estatura y su delgadez, se movía con altanería.
Agustina permanecía quieta a un paso de la salida, pasmada ante la visión de aquella fémina, cuando una mano fuerte se posó con suavidad en su brazo. A pesar del sobresalto interno que sufrió, se mantuvo tranquila (no quería, por nada del mundo, llamar la atención de los recién llegados). Se giró con lentitud y perdió el aliento al toparse con los deslumbrantes ojos grises de Fabio.
—Hola, Agustina— le susurró con su voz ronca y masculina, mientras la retiraba con delicadeza del salón; él tampoco quería que las miradas se posaran en ellos.
Cuando estuvieron fuera de la vista de los demás, Agus se soltó con brusquedad de su mano y le dirigió una mirada cargada de enojo. Luego lo increpó, mientras Fabio la observaba sorprendido: —Me mentiste con respecto a quién eres. Tu nombre no es Fabio Costa, ¿verdad?
Sin perder la calma ni delatar que ella estaba en lo cierto, respondió: —¿Puedo saber cómo llegaste a esa conclusión?
—No te importa. No soy la adolescente incrédula que crees. ¿Por qué me mentiste?
La suspicacia de Agustina superaba sus expectativas, pero aún así no podía darle la razón.
—No te he mentido. Así me llamo. Siento desilusionarte con respecto a tu investigación sobre mi persona— Él sabía que ella habría sacado sus conclusiones al no hallar nada sobre él en Internet.
—Entonces explícame por qué no hay ningún dato tuyo en la red. No usas Facebook ni Twitter, nada… Hasta un hombre de setenta años usa redes sociales. ¿Cómo es posible que alguien de tu edad no lo haga?— Agus aún desconfiaba de la respuesta de Fabio.
—Me gusta utilizar Internet, pero lo hago sólo para fines laborales y de conocimiento. Soy un hombre bastante anti-social. Con las pocas personas de mi entorno me contacto por teléfono o personalmente, puedo ser bastante anticuado a veces— le dijo con picardía mientras evaluaba la reacción de su compañera de charla.
—No voy a juzgarte por ello, pero aún así permíteme el beneficio de la duda. Eres uno en un millón fuera de las redes sociales. Yo no soy muy sociable y tengo cuentas en Facebook, Twitter y Youtube— le contestó un tanto ausente. Mientras sopesaba la idea de dejar de lado la riña por el momento y hablar de temas más urgentes.
Fabio notó su cambio de expresión, por lo que decidió dejar de lado el tema y tantear las novedades relacionadas con la Convención; suponía que ella no se había quedado de brazos cruzados con respecto a lo que vio en el depósito aquella tarde en que se conocieron.
—¿Hiciste caso a la advertencia que te di antes de irme el otro día?— le preguntó temiendo que ella hubiera sido tan arriesgada como para volver sin custodia a la calle Ruggieri.
—Sí y no. Cuando supuse que me habías mentido con tu identidad, pensé que no debía creer en nada de lo que me dijiste. Volví dos veces al galpón y cuando noté que esas mujeres no eran humanas… Te creí— dijo posando su verde mirada en la boca de él. No se animó a mirarlo directamente a los ojos, aunque se dio cuenta tarde que donde sea que lo mirara todo en ella vibraba; era tan hermoso y varonil que la desorientaba.
—No debiste regresar. Si ellas te descubrían… Nadie debe conocer lo que se oculta en ese depósito. Yo soy algo así como un investigador privado. Debo ser cauto cada vez que investigo sobre ello. No tienes idea de las cualidades y habilidades que ellas poseen…— Fabio estaba aterrado de sólo pensar en qué le harían a Agus si la hallaban espiando. Los alemanes para los que su empresa trabajaba, investigaron a Katsuo Tanaka hasta donde pudieron y le develaron información confidencial. El japonés era muy astuto y contaba con recursos tecnológicos y electrónicos de alto nivel, era poderoso y difícil de develar. Fabio temía que le hicieran daño a Agustina, Katsuo estaría muy cerca de ella y podría sacarla del medio fácilmente. Él no podía mudarse al hotel ni custodiarla las 24 horas del día ni aunque quisiera, ella tendría que ser muy precavida.
Al ver que Fabio cavilaba en sus pensamientos y que no notaba su turbación, Agustina agregó: —¿Eres un investigador privado? Antes parecías un delincuente y hoy un hombre de negocios, ¿tengo que creerte?— lo cuestionó desafiante mientras miraba con disimulo la calidad y estética del traje negro que le marcaba el físico atlético.
En respuesta al ataque Fabio, en tono ofendido, dijo: —De verdad tienes que confiar en mí. Si mantengo en reserva algunas cuestiones es por tu seguridad. Ya te lo dije en otra oportunidad: si no conoces nada, seguirás a salvo.
La mirada sincera y preocupada de Fabio volvió a remover en ella el sentimiento desconocido que hacía que confiara en cada advertencia que salía de su boca.
—Está bien. Por el momento no te pediré explicaciones, pero si quieres que crea en ti deberás confiar en mí. Apenas te conozco y es difícil para mí estar segura de que eres una persona de fiar— Agustina necesitaba que Fabio fuera real y que quisiera protegerla de verdad, sin dobles intenciones. Con él se sentía cómoda y deseaba formar parte de su vida. No sabía qué la llevaba a ansiar aquello, pero ahora que lo volvía a tener frente a sí, lo anhelaba con más intensidad.
—Créeme, no podrás confiar en nadie más y deberás ser muy cuidadosa, incluso hasta cuando pienses, si ellas están presentes. No quiero que te involucres en nada raro. No vuelvas al depósito ni intentes espiar o investigar a ningún participante de la Convención, menos aún al japonés— le indicó en tono serio, casi autoritario.
—No eres mi padre, no tienes derecho a darme órdenes. Piensas que soy tonta e irresponsable. ¡Maldita la hora en que te conocí! Mejor vuelvo antes de que mi padre note mi ausencia— respondió con enfado y lo apartó de su camino empujándolo con ambas manos. La perturbaron su actitud dominante y las inquietantes revelaciones acerca de los visitantes orientales.
Antes que ella se alejara más de tres pasos, Fabio reaccionó: la aferró de un brazo, cuidándose de no presionarla con dureza, la giró y con la mano libre le levantó el mentón, obligándola a mirarlo a los ojos, luego le advirtió: —Te estaré vigilando, pero no soy Dios, no puedo estar en todos lados. Tendrás que aprender a cuidarte sola, jovencita— A Fabio lo enfureció la manera altanera y desafiante con que ella lo trató. Soltándola con displicencia, se acomodó el traje y entró antes que ella en el salón, donde ya habían dado comienzo a los discursos de bienvenida."

Espero que hayan disfrutado de la lectura. ¡GRACIAS POR LEERME!
¿Qué opinan del reencuentro de Fabio y Agus?
Saludos a todos.
                                                                                                                      Dolly Gerasol

lunes, 28 de mayo de 2012

Proyecto Mayo Adictos a la Escritura: "El lago"

Hola a todos:

Hoy les traigo un nuevo relato que he escrito basándome en el proyecto de este mes del grupo Adictos a la Escritura. A mí y a una compañera del grupo, Nerea García del blog Luna de Caramelo, nos tocó por sorteo la misma imagen, en la que teníamos que basarnos para escribir un relato de género y estilo libre en relación directa con la foto. La idea es que veamos cómo una misma foto puede generar diferentes historias de acuerdo a la percepción de cada escritor.
El relato de Nerea se titula: El Lago de las Sirenas (si clickean en el título, resaltado en violeta, accederán a su blog para leerlo).
A continuación los dejo para que disfruten (eso espero ;-) ) de la lectura de mi relato.

EL LAGO


"En los amaneceres de cada otoño, Ignacio caminaba hasta el muelle del lago envuelto en una niebla fantasma; el bote siempre lo esperaba para navegar en las oscuras aguas llenas de secretos. Ignacio deseaba correr la misma mala suerte que Tamara, quien dos años antes había desaparecido en esas profundidades frías y calmas. Pero el lago deseaba otra suerte para Ignacio.
Esa mañana se levantó, se vistió con la misma ropa que llevaba el día que perdió a su amor, y se marchó cargando su caña de pescar y el termo con café. Ignacio sintió algo diferente: quizás hoy el lago lo complacería con los largos y delgados abrazos de Tamara. Su vida perdió el rumbo cuando, aquella mañana de otoño, no llegó a tiempo para salvarla. Sus almas eran una y sin Tamara la de Ignacio estaba quebrada. Ahora, más que nunca, todo en él ansiaba el reencuentro con su amada.
Cuando se ubicó a más de diez metros de la orilla que sostenía su modesta cabaña, tomó un poco de café y luego preparó la caña de pescar. Enganchó al anzuelo el dije que Tamara le regaló para el último aniversario y lo lanzó al agua. Si ella lo viera, pensó… Ascendería luminosa y liviana, nadando contra la negra oscuridad del lago.
Las horas pasaron, el sol se puso tras unas apenadas nubes que filtraban unos pocos rayos; la tristeza fue emergiendo del alma desgarrada de Ignacio. Un halo de inmensa nada lo rodeó y, finalmente, su debilitado corazón dejó de sufrir.
El cuerpo inerte de Ignacio se desplomó a lo largo del bote, pero la caña no soltó su puño.
Luego, el lago les concedió el reencuentro cuando Tamara volcó el bote; uniendo, así, sus almas."
(Dolly Gerasol 2012- All rights reserved)

Ojalá les haya gustado. Espero sus comentarios. ¡Gracias por leerme!
Saludos a todos. 
                                                                                                                                                                Dolly Gerasol

miércoles, 23 de mayo de 2012

Los juguetes de Katsuo - Episodio V


Hola a todos:

Espero que estén disfrutando de la novela. Hoy les dejo un episodio muy interesante... ¡Al fin comienza la Convención Internacional de Fabricantes de Juguetes!


Los juguetes de Katsuo/Por Dolly Gerasol (obra provisoria)
(Todos los derechos reservados-All rights reserved)

Episodio V


"Agustina, aburrida y ansiosa, esperando que los organizadores dieran comienzo a la Convención y deseando volver a ver al supuesto Fabio (presentía que él estaría allí), decidió echar un vistazo al depósito de juguetes japoneses una vez más. Cuando volvió a ver a las extrañas jóvenes que llamaron su atención desde aquella vez, Agus tuvo un extraño presentimiento. Los movimientos y actitudes de las féminas carecían de soltura y espontaneidad, parecían: “¿robotizadas?” Al llegar a esa insólita conclusión, Agustina imaginó cuán peligrosas serían si fueran manipuladas por manos incorrectas. Ahora entendía a lo que Fabio se refería respecto de que la C.I.F.J. atraería personas malévolas a Buenos Aires; aunque no todas eran realmente “personas”. Él sólo había mentido sobre su identidad, no acerca de la advertencia. Esa revelación le devolvió la confianza en él, pero no alcanzó a mitigar el enfado respecto de darle un nombre falso; seguía con su teoría de la mentira proferida por aquel deslumbrante hombre.
Cuando su chófer estaba dando vuelta en la esquina para regresar al hotel, Agustina miró atrás a tiempo para ver un automóvil deportivo rojo de alta gama detenerse frente a la entrada del siniestro depósito. Le llamó la atención el auto y el hecho de que se detuviera allí. “¿Y si es el dueño o el gerente de la empresa que posee esas mujeres robóticas? Tal vez sea el representante que acudirá a la Convención…”, pensó.
—Sandro, regresa. Necesito volver a recorrer la cuadra que acabamos de pasar— indicó Agus con decisión.
—Señorita Ferrari, debemos irnos. Su padre está esperándola para la copa de recepción. La Convención comenzará en dos horas y aún no está vestida para la ocasión— le dijo mirándola por el espejo retrovisor y viendo la ropa deportiva que ella llevaba.
—Por favor… Una pasada rápida y nos vamos— le pidió en un tono cargado de pena y dulzura. Cuando Agustina utilizaba sus sensibles poderes de persuasión no había quién se resistiera.
Una vez cumplido su objetivo la joven observó los movimientos que causó la llegada del reciente visitante. Un hombre delgado, con cabello negro opaco, de estatura media y vestido con un traje azul oscuro entallado, hablaba entusiasmado con una de las féminas robotizadas. Detrás de él había dos sujetos fornidos y altos que, Agus supuso, serían sus custodios. De camino al hotel, Agustina fue repasando mentalmente toda la información de la que disponía. No alcanzó a verle el rostro a aquel hombre, pero estaba segura que lo reconocería si lo viera en el hotel de su padre.

Al llegar a la entrada del “Ragguadevole”, Agustina se sorprendió por la cantidad de coches de lujo estacionados y circulando por la cuadra que ocupaba el hotel de su padre. Los empleados de Justino no daban a vasto para recibir a los clientes y a sus equipajes. No todos los participantes de la C.I.F.J. se hospedarían allí, pero al parecer serían los suficientes para mantener ocupadas al máximo las instalaciones. Los guardias de seguridad estaban ubicados en lugares estratégicos y los móviles policiales se encargaban de controlar el andar de los curiosos peatones y el tránsito vehicular en las inmediaciones del hotel.
Agustina ingresó por el estacionamiento subterráneo y se apresuró a cambiarse de ropa y a encontrarse con Justino. Sandro le había notificado por el transmisor inalámbrico, que utilizaba siempre que estaba de servicio, que llevaría a Agus a dar un paseo para distraerla de la ansiosa espera. De todos modos, su padre estaría echando chispas al no verla por ningún lado.
Media hora más tarde, Agus estaba lista para la ocasión: lucía un vestido verde que apenas le cubría las rodillas y que se ceñía a su juvenil cuerpo; el largo cabello castaño suelto y el maquillaje realzando el bello color de sus ojos. Todo en ella rezumaba juventud y belleza. La mirada de su padre se iluminó al verla descender las escaleras que llevaban a su habitación en el primer piso. Se parecía tanto a su madre y a la vez era tan distinta. Agustina era la luz de sus ojos y aunque la rebeldía de su carácter lo preocupaba, estaba seguro de la integridad y la inteligencia que su pequeña imponía a sus acciones.
Sin dejar de lado su porte femenino, Agus corrió al lado de Justino. Con suma dulzura le besó la mejilla y dijo: —Hola, Papá. Perdón por el retraso. ¿Viste el lío de autos que hay afuera? A Sandro le costó encontrar la entrada al estacionamiento.
—No te preocupes. Me alegra que ya estés aquí. Están casi todos los integrantes de la A.M.J. ubicándose en la sala de reuniones. En pocos minutos comenzará la Convención.—la tranquilizó acariciándole la espalda y conminándola a entrar con él en el recinto.
—Papá… Espero estar a la altura de las circunstancias y acompañarte de la mejor manera en este momento tan importante para ti y para el hotel— Los ojos de Agus transmitían a la perfección los nervios y la angustia que opacaban su espíritu normalmente optimista.
—Hija, estás preciosa y estoy orgulloso de ti. Disfruta de todo esto. Deja que mis empleados y yo nos ocupemos de las formalidades y la organización. Participarás de lo que sea divertido y entretenido, lo aburrido déjamelo a mí— Le dijo guiñando un ojo y sonriendo en complicidad. Con ello Agustina recuperó la compostura y le regaló a su padre una feliz expresión."

Espero que hayan disfrutado de la lectura. No olviden dejarme un comentario con vuestra opinión. 
¡GRACIAS POR LEERME!
Saludos a todos.
                                                                                                                                 Dolly Gerasol

miércoles, 16 de mayo de 2012

Los juguetes de Katsuo - Episodio IV

Hola a todos:

Llega un nuevo episodio de mi novela. Hoy conocerán nuevos personajes y nueva e interesante información. Qué lo disfruten!!



Los juguetes de Katsuo/Por Dolly Gerasol (obra provisoria)
(Todos los derechos reservados-All rights reserved)

Episodio IV

"El día que Fabio y Agustina se conocieron, él se sintió culpable por mentirle; aún así, sabía que era lo correcto, no podía arriesgar su misión ni su vida. Si le decía a esa hermosa joven que él era Lucas Seagal la pondría en peligro. El ambiente en el que se movía estaba plagado de enemigos. Su verdadero nombre iba de la mano de C.E.S. (Compañía de Extrema Seguridad) y llevarlo a oídos de las personas incorrectas amenazaría el éxito del operativo. Confiaba en que la elección del nombre: Fabio Costa, fuera lo bastante acertada como para que ella no dudara de su veracidad. Aunque la creía con suspicacia suficiente como para buscar información sobre su persona en Internet. No usaba ninguna red social y no era un pecado, pero podría ser sospechoso que alguien de su edad no utilizara esos medios para relacionarse con el mundo. Cuando tuviera tiempo crearía alguna cuenta, ahora tenía cosas más importantes de las que ocuparse. 
En este momento, el principal cliente de la compañía, además de las empresas para las que trabajaban todo el año, era “Baby-Spielzeug”; una importante compañía alemana, dedicada a la fabricación de juguetes para bebés y niños menores de tres años, que contrató los servicios de C.E.S. en cuanto sus directivos supieron cuál sería la sede de la Convención. De manera habitual ellos disponían de su propia seguridad, pero cuando asistían a reuniones o asambleas internacionales adicionaban los servicios de ciudadanos del país al que se dirigían. Sostenían que era útil contar con gente que conociera la cultura, la actualidad nacional, los niveles de delincuencia y los sitios que visitarían. Meses atrás, Lucas Seagal supervisó la confección del presupuesto y viajó a Hamburgo para detallar los ítems que éste incluía. Además aprovechó el trato personalizado con los directivos alemanes para forjar una futura relación laboral. Lucas estaba orgulloso de sí y de C.E.S.: por firmar ese sustancioso contrato y por ser elegidos por tan reconocida compañía para brindarle extrema seguridad en su visita a Argentina.
Al llegar al centro de operaciones pidió que le cuenten las novedades. Su amigo y colega, Marcos González, se encargó de ponerlo al corriente: —Lucas, mañana llega el especialista en robótica directo de Canadá. Conoce el trabajo del tal Le Trung y va a colaborar en todo cuanto esté a su alcance.
—Dile a los muchachos que lo protejan con su vida. Este anciano será nuestros ojos a la hora de poner fuera de juego a estas inusuales mujeres, si se convierten en un peligro para la sociedad.
—Lucas… ¿Realmente son robots? He visto las filmaciones que obtuviste y parecen de carne y hueso.
—Marcos, KatsuoTanaka es un fanático de la robótica y basó la creación de su pequeño ejército femenino en Aiko, la mujer robot creada por el canadiense de origen japonés llamado Le Trung. En 2008 el sistema operativo interno de Aiko le permitía hablar en dos idiomas (inglés y japonés), resolver problemas matemáticos, comunicar el pronóstico del tiempo, comprender más de 13.000 frases, cantar canciones, leer los diarios, reconocer nombres y caras e imitar el contacto físico humano, entre otras cosas. En cuarenta años de avances tecnológicos: ¿no puedes creer que esto haya mejorado hasta alcanzar niveles inimaginables?—le cuestionó poniendo su mejor cara de incredulidad.
—Guauuu… Creo que me he quedado en el tiempo. Desconocía toda esta información. Deberías habérmela suministrado antes, ¿no crees? —replicó Marcos azorado por el cariz que tomaba la operación que les habían confiado. 
—Katsua, además, conoce el trabajo del científico japonés Hiroshi Ishiguro, creador de los Geminoids, robots de apariencia humana que interactúan con la gente. Los creó hace casi 40 años en su laboratorio de la Universidad de Osaka. Marcos, no sólo estamos frente a un genio de la robótica sino ante alguien que aprecia los robots antes que a los seres humanos—. Cuando Lucas se enteró de todo esto, se sorprendió tanto como su compañero y aún más cuando vio, por primera vez, a las robots de Katsuo en el galpón de la calle Ruggieri.
—Es increíble que las haya traído a Buenos Aires. Son peligrosas, ¿no?— Le generaba un escalofrío cuando las veía en las filmaciones. Marcos aprovechó que Lucas disponía de tiempo para exlicarle y siguió interiorizándose sobre el tema. Él, en realidad, se ocupaba de todo lo que fuera análisis de fotografías y filmaciones, de proveer al equipo de las mejores cámaras y dispositivos de captura de imágenes. El procesamiento de la información clasificada estaba a cargo de Lucas y de Gregorio Bermúdez, el dueño de la empresa. Sólo ellos decidían hasta qué punto lo que sabían de las misiones podía trascender a los empleados de C.E.S. Al parecer Marcos estaba en su día de suerte, ya que Lucas le dedicó una larga charla.
Mientras Lucas seguía debatiendo sobre mujeres robot e inteligencia virtual con Marcos, Katsuo Tanaka arribaba a la Ciudad de Buenos Aires. El ingeniero en sistemas y electrónica, especializado en robótica, era un hombre de cuarenta años, solitario, frívolo, dotado de una inteligencia privilegiada, pero carente de humanidad. Sus inventos sólo servían para llevar a cabo sus descabellados proyectos. Luego de sortear los controles policiales y antes de instalarse en el lujoso hotel “Ragguardevole”, Katsuo iría a ver si sus chicas estaban en perfectas condiciones. Las había enviado hacía más de dos semanas desde la ciudad japonesa de Osaka en su avión privado, con dos de sus empleados más competentes como respaldo humano. Necesitaba chequear el correcto funcionamiento de cada una de ellas, nadie las cuidaba como él. Solo sus siete Kokeshi (como le gustaba llamarlas), sus muñecas robóticas, sus más perfectas y magníficas creaciones despertaban en él algún sentimiento. El resto de los mortales eran simples instrumentos u obstáculos en su ambición de poder y riqueza".


Espero que hayan disfrutado de la lectura. No olviden dejarme un comentario con vuestra opinión.
Saludos a todos.
                                                                                                                    Dolly Gerasol 

domingo, 13 de mayo de 2012

Los protagonistas de "Los juguetes de Katsuo"

Hola a todos:

Para que se haga un poco más corta la espera del próximo episodio de mi blog novela, les presento las fotos de cómo se verían en la realidad los protagonistas.
Así los imaginé yo...

AGUSTINA FERRARI




LUCAS SEAGAL (FABIO COSTA)



¿Ustedes coinciden conmigo o los imaginaron diferentes? Cuénteme qué opinan de mis  protagonistas...
Saludos a todos.
                                                                                                              Dolly Gerasol

jueves, 10 de mayo de 2012

Aporte poético del día por Akira (10-05)

Hola a todos:

Les dejo un nuevo poema de nuestra querida Akira Kamaye Azumi.


ARREPENTIDO

Mi pensamiento vuela siempre hacia a ti,
la tarde me trae tu recuerdo 
para hacerme compañía en está triste hora del día,
no puedo evitar reprocharme el haberte dejado,
el no haber tenido el valor de decirte: ¡TE AMO!

Siempre viví con la incertidumbre de que...
al pronunciar esas palabras,
un lazo con nudo invisible pudiera asfixiarnos.
Lloro y sufro en silencio terrible agonía,
siento que mi alma se quema con este dolor,
mis lágrimas son mudo oasis
donde calmar quiero mi desesperación.

Ahora que ya no estás conmigo,
ahora que tu alma se ha ido al mundo eterno,
al lugar donde viven los ángeles,
al lugar donde cruelmente te marchaste,
para sentirte amada, acompañada y protegida,
cosas que yo nunca te demostré que hacía,
todo por mi estúpida cobardía,
por no querer perder libertad y hombría.

Ahora esa libertad y hombría de nada me sirven
sin tu preciosa compañía,
ahora lloró como niño lo que como hombre no supe retener,
ahora lloro tu ausencia sin poder comprender,
cómo es que tuviste el valor para irte al mundo de lo eterno,
en vez de mandarme al infierno.

Perdóname si puedes, donde quiera que te encuentres.
Juro que de ahora en adelante no volveré a quedarme
con palabras que a alguien más le pertenezcan.
El "te amo", el "te quiero", el "te necesito", el "no te vayas",
el "lo eres todo para mí".
Jamás volverán a quedarse en mis labios ni en mi alma...
¡Perdóname, amor!

☆╮G.V.S. AKIRA KAMAYE AZUMI
®Copyright - All rights reserved 2011
13/01/2012

Ojalá lo hayan disfrutado tanto como yo.
Saludos a todos.
                                                                                                           Dolly Gerasol

miércoles, 9 de mayo de 2012

Los juguetes de Katsuo - Episodio III

Hola a todos:

Se acabó la espera... Llega un nuevo episodio de mi novela, más largo que el anterior, a pedido de todos ustedes ;) A disfrutarlo!!


Los juguetes de Katsuo/Por Dolly Gerasol (obra provisoria)
(Todos los derechos reservados-All rights reserved)


Episodio III
"La madre de Agustina, antes de casarse con Justino, era dueña de una bonita juguetería. El avance de los videojuegos y las computadoras había sido la decadencia de la misma, ya que no había lugar para un negocio plagado de juguetes convencionales. Ella no quiso defraudar la trayectoria de sus antepasados con tecnología y frialdad; entonces un buen día decidió cerrarla. Donó el stock a diferentes orfanatos y hospitales y seleccionó varios que les regalaría a sus futuros hijos. Agustina aún conservaba con mucho cariño varios osos de peluche, una muñeca, un rompecabezas y dos juegos de mesa: “Ludo” y “El juego de la vida”. Eran su pequeño tesoro, recibido con amor de manos de su madre cuando tenía cuatro años. No pudo disfrutar de ella mucho tiempo más, al año siguiente la enfermedad que la aquejó por varios meses le arrebató la vida, para gran dolor y desconsuelo de su familia. Al menos había estado a tiempo de obsequiar a su hija con sus preciados juguetes provenientes de su feliz pasado.
Justino a menudo le describía a Agus lo maravillosas que eran las exposiciones que él y su madre visitaron en su juventud. El buen pasar de Justino les había permitido presenciarlas en diferentes partes del mundo, brindándoles la oportunidad de vivir momentos únicos. Ambos querían y admiraban el mundo de los juguetes y le habían transmitido ese sentimiento a su única hija.
Cuando faltaban tres días para dar comienzo a la Convención, Justino había corrido a contárselo a su pequeña. Ya le había ocultado la novedad bastante tiempo. Quería que se enterara por su boca y no porque lo escuchara de sus empleados o lo dedujera por la organización que se estaba desplegando. En ese momento no había podido contener las lágrimas que asomaban a sus ojos, debido a lo que implicaba aquella noticia para ambos.
—¡Papá! ¿Qué pasa? Estás llorando.
—Agus, al fin vas a poder presenciar una exposición de juguetes…— estaba tan emocionado que le costaba seguir hablando.
—¿Dónde? ¿Me llevarás a verla? ¿A qué país?— Agustina anhelaba que llegara ese día desde niña.
Cuando su padre recuperó la compostura, se sentó al borde de la cama donde ella aún estaba recostada y le explicó. Él, desde hacía años, solicitaba recibir la C.I.F.J. en las instalaciones de su prestigioso hotel y finalmente su anhelo se cumpliría. Lo disfrutaría con su adorada Agus y en memoria de su difunta esposa.
—¡Es una noticia genial! ¡Voy a vivirlo acá en mi casa! ¡Gracias!— estaba tan contenta que de un salto se abalanzó sobre el delgado cuerpo de su padre y lo abrazó con fuerza.
—Va a ser muy divertido. Además conocerás a los fabricantes más importantes del mundo.—contestó siguiendo el entusiasmo de Agus.
—Entonces me tienes que explicar bien qué es la Convención. No quiero parecer una adolescente ignorante. Quiero que me incluyas en las conversaciones con los invitados. 
Ella cumpliría lo mejor posible el rol que hubiera desempeñado su madre. Quería que su padre se sintiera orgulloso de ella.
—Esta noche, mientras cenamos, te cuento un poco. Son gente muy importante y no quiero que te involucres en charlas privadas. Esas personas manejan la información con recelo, hay mucha competencia y espionaje corporativo— Justino temía que la curiosidad de Agus la metiera en problemas, hecho que sucedía a menudo.
—Me voy a portar bien, papá. Necesito saber, me interesa de verdad— Otra vez su tono dulce y apenado ganaba la batalla.

Agustina esa misma noche, luego de tomar una ducha rápida y prepararse un café, había elaborado con esmero una nota en su notebook con lo que su padre le contó acerca de la Convención. Creó un archivo de texto cifrado (siempre resguardaba la información electrónica) donde escribió:
-Objetivo principal de la C.I.F.J.: acercar a los representantes de las empresas de juguetes más importantes del mundo. Importante: las compañías asociadas se unen para llevar adelante la industria juguetera con competencia leal y ofreciendo productos que no sean perjudiciales ni riesgosos para sus consumidores.
-Existen enemistades entre las empresas. El dinero y el poder son los factores detonantes.
-Cada empresa sueña con ser líder en ventas y la estrella del mercado mundial.
-Reuniones exclusivas para los miembros de la A.M.J. Durarán una semana, se desarrollarán en diferentes horarios en el salón de usos múltiples del hotel, compartirán expectativas de mercado y novedades en el rubro.
-Los auditores denunciarán a fabricantes que fallaron a la ética de fabricación y publicidad de juguetes. Este es uno de los motivos principales por los que se extreman las medidas de seguridad para los participantes, en especial para los auditores y los directivos más reconocidos.
-Premiarán a las marcas más destacadas en ventas de los últimos tres años.
-Elegirán al nuevo presidente de la Asociación Mundial de Jugueteros (A.M.J.).
-Cierre de la Convención: exposición de proyectos en fase de prueba en el amplio salón de fiestas colindante con el edificio principal del hotel. Abierta al público en general. Los dueños de jugueterías serán invitados especiales. Se conocerán posibles productos y llevarán a cabo un análisis de mercado, verán la aceptación y el impacto social que tendrán los nuevos juguetes.


El día anterior al comienzo de la Convención, Agus se acostó pasadas las dos de la madrugada, luego de releer y memorizar todos los datos relacionados con la C.I.F.J. anotados dos días atrás. Intentó dormir un rato o al menos descansar el cuerpo, no creía poder frenar sus pensamientos. Justino acertó al ocultarle la noticia hasta pocos días antes de que llegara la fecha de la Convención, estaba muy ansiosa por descubrir y disfrutar a fondo del acontecimiento. Siempre se llevaban a cabo reuniones, fiestas y eventos en “Ragguardevole”, pero ante ellos Agustina no demostraba más que leve interés. Ahora, en cambio, tenía puesta toda su atención en éste que se desarrollaría por primera vez en su país y en su hotel".  


Espero que hayan disfrutado de la lectura. No olviden dejarme un comentario con vuestra opinión.
Saludos a todos.
                                                                                                                    Dolly Gerasol 

martes, 8 de mayo de 2012

El avión

Hola a todos:

Quiero compartir con ustedes un nuevo relato que he escrito y que realmente me gusta mucho.


EL AVION
En lo alto de una ladera rodeada por inmensos cipreses estaba la cabaña. En ella vivía, hacía ya más de treinta años, un ser humano especialmente ermitaño.
Este hombre se ocultaba de la civilización por propia voluntad (y no era repudiado ni aislado por ésta). Las experiencias vividas, dramáticas y dolorosas, le ofrecieron ese lugar como refugio. La pequeña casa construida con sus propias manos era su santuario. A pesar de las inclemencias del clima que azotaba la región, maderas y piedras, cuidadosamente incrustadas, resistían.
Esa mañana, el fuego crepitaba en la modesta chimenea envolviendo a la única silueta en una cálida atmósfera. A pesar de ello, una sombría soledad impregnaba cada célula de su cuerpo.
Las tareas cotidianas que ocupaban su conciencia eran: cortar leña, asear su hogar, cocinar y resolver cálculos matemáticos de variada complejidad; así se desarrollaba su apacible existencia.
El letargo social y el aislamiento obraron milagros en su atormentada mente y poco a poco fue enterrando los recuerdos del pasado. Su cabaña era su mundo y ni siquiera observaba el paisaje que lo rodeaba cuando salía a cortar leña o iba al pueblo.
Una vez al mes, con mucho esfuerzo, interactuaba con algunas personas del poblado más cercano. Cobraba una pensión y compraba todos los víveres y productos que necesitaba para cubrir sus necesidades. Al final de la ardua tarea adquiría cuadernos y lápices en la librería. Era sustancial para él tener dónde y con qué ejercitar los cálculos matemáticos que ocupaban su capacidad cerebral y lo mantenían abstraído del mundo.
Una mañana primaveral, al regresar del pueblo, el ermitaño tuvo que tomar un camino diferente al habitual. Era una persona muy metódica y no le gustaba alterar sus costumbres. Su humor se tornó más agrio de lo normal cuando encontró el estrecho sendero ocupado por una carreta repleta de ovejas. Para colmo de males, cuatro pastores las ayudaban a descender para pastar en ese sector. No le gustaba cruzarse con nadie y menos dialogar, al menos que fuera por suprema necesidad (no era el caso). Cuando se desvió de su ruta preferida, luego de avanzar varios kilómetros, se topó con un artefacto metálico y de grandes proporciones. Sus aletargados sentidos tardaron varios minutos en reaccionar a la sorpresiva visión. Un sudor frío recorrió la columna vertebral del hombre y temblando como una hoja se acercó hasta sentir bajo la palma de su mano el duro acero. Entonces no percibió por qué sintió miedo, sólo eran los restos de un avión, corroídos por el óxido y el tiempo. Tampoco supo por qué la necesidad de posar su mano allí. Casi sin darse cuenta dejó las bolsas en el pasto y comenzó a rodear el avión palpando cada centímetro de su estructura. Cualquiera que lo viera confirmaría sus sospechas de que la locura asolaba al pobre anciano. Debido al esfuerzo físico de la caminata y a las fuertes sensaciones que lo acosaban se sentó en una roca a recuperar aliento. Luego de un rato, apresuró el paso hacia su casa.
Aquel dormido gigante metálico despertó en el ermitaño tormentosos recuerdos, pedazos de vivencias que se le presentaron en sueños esa misma noche. Él había sido un excelso piloto de la armada. La misma guerra que lo colmó de honores por su destreza y coraje, le quitó: sus seres queridos, sus esperanzas y sueños, lo convirtió en un ser vacío de sentimientos.
Al amanecer los nervios del hombre estaban a flor de piel, sus pulsaciones corrían desbocadas y no podía concentrarse en las matemáticas. Maldiciendo con furia tomó su abrigo de cuero y con la hombría que lo caracterizó antaño fue a enfrentar al artefacto. El viento, fresco y húmedo, soplaba con variada intensidad. Los pulmones del ermitaño se llenaron súbitamente de aquel aire puro de montaña y llegó sin agitarse al lugar del avión. Volvió a recorrer con sus manos la carcasa y luego recogió la hélice semi oculta entre los pastizales. Tardó unos cuantos minutos en desenterrarla. La tomó entre sus huesudos y frágiles dedos y limpió los restos de tierra adherida. Algo en su interior lo empujaba a colocar el objeto en el lugar correcto. Cuando al fin logró encastrarlo, lo giró y cuando lo hizo todo él se convulsionó. Las imágenes del pasado sucedieron sin descanso, el rompecabezas de sus recuerdos fue encajando sus piezas hasta hacerse claramente visible. El ermitaño comenzó a llorar con crudeza y desesperación, lloró por lo que fue, por lo que no pudo ser, por todos los seres queridos enterrados (tanto en tierra como en su memoria y su corazón), por añorar a las únicas personas amadas y perdidas; finalmente lloró al no poder volar por última vez un avión.
Con la última lágrima asomó una brillante idea. Los días sucesivos los dedicó a reacondicionar la antigua aeronave. Cuando ésta quedó limpia de barro y hierbas decidió que había llegado el día. Recogió de su cabaña sus preciados cuadernos de ejercicios, sus adorados gorro y anteojos de aviador sepultados en un viejo baúl, un pedazo de pastel de verduras y abandonó su santuario.
Corrió hasta el avión, ató un extremo de una gruesa cuerda a la parte más firme de la estructura de acero y el otro a una gran roca al borde del altísimo precipicio. Cuando se aseguró que estaban firmes en sus sitios empujó la masa de piedra hasta que quedó oscilando (contaba con unos minutos antes que ésta se desplomara barranca abajo).
Tranquilo y en paz, acomodó su sombría soledad en la raída cabina del avión y se dejó llevar…
(Dolly Gerasol 2012 - All rights reserved)

Espero lo hayan disfrutado tanto como yo. 
Saludos a todos.
                                                                                                                 Dolly Gerasol

Nueva novela de Itsy Pozuelo


Hola a todos:

Hoy les traigo una novedad literaria de una joven escritora española con la que coincido a diario en Facebook, ella es Itsy Pozuelo.


Autora: Itsy Pozuelo
Título: Vida entre tinieblas
Novela Corta.
Formato: 16x11
Portada: Rústica sin solapas
Ilustración: Marcos DK
ISBN: 978-84-940008-0-5
Número de páginas: 67
Editorial: Ediciones JavIsa 23
Blog: itsypozuelo.blogspot.com
Precio: 6€

Sinopsis: Ruth es ingresada, con seis años, en un centro psiquiátrico, a causa de un trastorno mental. Llevará su caso el doctor Lloreda, quien pronto se sentirá afectado emocionalmente, sobretodo cuando Ruth comience a confundir la realidad, llamándole Papá.

Al mismo tiempo, en su imaginación, Ruth crea un mundo paralelo, en el que disfrutar de su infancia y adolescencia, allí conoce a Claudia y Ángel, quienes serán sus mejores amigos, a ellos recurrirá cada vez que intente evadirse de la realidad, que encierran las cuatro paredes de su habitación.


El libro tiene una portada muy bonita y la temática pinta muy interesante, ¿no les parece? :)

Saludos a todos.
                                                                                                                Dolly Gerasol