Un lugar para comentar que me hace sentir "leer un buen libro". Un lugar donde recomendar esos libros que tanto me gustaron. Y porque no traerles alguna frase sobre lo que inspiran los libros.

Reseñas, novedades y noticias literarias, relatos, poesía y más...

domingo, 18 de septiembre de 2011

Proyecto Septiembre "Adictos a la escritura"

AQUEL RECUERDO
Había amanecido fresco pero el cielo estaba libre de nubes y el viento estaba calmo, tan solo una brisa suave recorría la estación de trenes del pueblo. Iba a tomar el primer transporte que pasaba por allí, en esos tiempos los viajes eran esporádicos por esas zonas remotas y poco habitadas.
Llevaba tan solo un bolso mediano color azul oscuro y una campera impermeable color negro. No quería acarrear con demasiado equipaje, sólo iba a quedarme tres días.
En realidad yo no vivía en ese pequeño poblado, pero antes de dirigirme a mi destino quise pasar a saludar a mis abuelos. Hacía más de cuatro meses que no los veía y realmente los extrañaba. No quise que me acompañaran a la estación porque era temprano y estaba bastante alejada de su casa. No era necesario que ellos tuvieran que ponerse a andar con sus desgastadas piernas solo para acompañarme por unos pocos minutos.
Respirar el aire límpido de las sierras y el campo me renovaban. En la gran ciudad no estaba acostumbrada ni a la quietud ni a la pureza de la naturaleza. Es por eso que invertí el tiempo de mis dos semanas de vacaciones en ese especial paisaje.
Necesitaba estar conmigo misma, alejada del trajín cotidiano de mi trabajo y de las calles atestadas de vehículos. Escuchar el murmullo del viento, el trinar de los pájaros, los sonidos del cosmos en general. Eso realmente era un bálsamo, tanto para mi cuerpo como para mis nervios.
La estación era pequeña pero pintoresca, las pocas personas que trabajan en ella eran amables y tranquilas, realizaban sus tareas con armonía y buen humor. Ojalá yo las llevara a cabo de la misma manera, por eso había ido a ese paraje, a bajar los decibelios y a encontrarme conmigo en la soledad que me brindaría el hotel sobre las sierras. Allí me dirigía, un lugar de ensueño, un paraíso al que había acudido hacía cinco años luego que mis padres murieran trágicamente en un viaje de negocios.
Escuchaba a lo lejos la bocina del tren, dejé de pensar en tristes recuerdos. Necesitaba cargarme positivamente, recuperar mi equilibrio. Respiré hondo, estiré mis brazos y me puse en pie alejándome del banco de madera donde reposé por más de veinte minutos. Recogí mi reducido equipaje y subí al tren.
Me gustaba sentarme del lado de la ventanilla para poder apreciar todo lo que iba pasando a mi lado como diapositivas enmarcadas por las varillas de la ventana. Además a esa hora de la mañana el sol reposaba sobre mis piernas, volviendo al vagón cálido y acogedor. Cómodamente sentada apoyé mi brazo en el umbral y me dediqué a disfrutar de las sierras, los sembrados, los árboles, todo ello iluminado por el radiante sol de primavera.
Me dormí debido al sopor del clima dentro del habitáculo. Ya había surtido efecto en mí, ya me sentía más relajada. Realmente no podía haber elegido mejor lugar, dentro de mis posibilidades, para lograr mi propósito de renovarme.
-Señorita, ya llegamos. ¿Desea que la ayude con el equipaje?-. Un anciano se dirigió a mí con dulzura. Me conmovió su mirada triste y amable y su fortaleza.
-Le agradezco mucho, pero no es necesario que cargue con mi bolso. Aunque le agradecería que me acompañara en el descenso- le dije sonriendo en un intento de alegrar un poco su semblante. Como yo me sentía cada vez mejor quería transmitirle mi energía y buen ánimo al pobre hombre.
-Claro que sí. Pase usted primero, yo la sigo-. A paso lento pero firme el señor se dirigió conmigo hasta el hall de la estación, donde nos despedimos silenciosamente.
Me quedé pensando unos minutos en ese abuelo de ojos entristecidos, tal vez porque me recordaba al mío en sus facciones pero también en su desdicha.
Había comenzado a decaer mi humor así que decidí olvidarme de todo lo conocido y comenzar mi ascenso hasta la cima donde se hallaba mi ansiado hospedaje.
Mientras caminaba sintiendo la calidez del mediodía admiraba los altos y frondosos árboles y las florecillas que crecían al costado del camino. Pasaban por mi mente imágenes de la última vez que había estado en el hotel. No era un lugar demasiado lujoso, pero era confortable, cálido y amplio. El restaurante estaba ricamente decorado con alfombras mullidas y exquisitos muebles, enmarcado por amplios ventanales a través de los que se apreciaba el bien conservado y colorido jardín. Mi lugar favorito allí era un banco a la sombra de un inmenso sauce en el margen derecho del predio, desde donde podía apreciar las sierras de diversos tamaños y los coloridos sembrados de la zona, además del vuelo de los pájaros. Ese lugar pacífico y natural había restaurado mi alma años atrás.
Cuando me estaba acercando me pareció extraño lo silencioso y desierto que se encontraba. Aún no llegaba a ver el edificio porque estaba rodeado por arboledas y arbustos. Finalmente cuando llegué a la entrada, lo que vieron mis ojos parecía sacado de una pesadilla. Lo único que quedaba de mi paraíso vacacional era unas cuantas paredes y vigas destruidas por el fuego. “¿Cómo pudo pasar algo semejante y no salir en las noticias? ¿Mis abuelos tampoco lo sabían?” me pregunté un tanto desesperada.
Mi sueño desestresante se hacía añicos. ¡Qué tristeza! Avancé pesadamente para atravesar lo que quedaba de la puerta de acceso. Al final del pasillo la estructura estaba en ruinas. Me asomé lentamente al jardín y allí estaba, a unos siete metros desde donde me encontraba, mi adorado banco debajo del añejo pero vital sauce. Decidí quedarme hasta el atardecer a contemplar el panorama intacto que me brindaba el final del terreno. En ese pedacito del mundo yo había estado contenta y en paz anteriormente. Absorbería al máximo su balsámico aporte y luego regresaría a la casa de mis abuelos. Fue lo que pensé como solución a mi problema y a la tristeza de ellos. Tal vez haya sido mejor encontrarme de esa manera, en la soledad de lo que realmente fui a buscar allí, mi lugarcito debajo del antiguo árbol. Allí estaba lo que realmente me importaba.

-Me alegra que aún conserves las fotografías, mamá. Cuando me cuentas esta historia no me entristece tanto ver esas ruinas. Supiste ver el lado positivo ante la destrucción y la desilusión.


(Dolly Gerasol 2011 - Todos los derechos reservados - All rights reserved


Este relato lo escribí para cumplir la consigna del grupo Adictos a la Escritura al que me he unido hace poco tiempo. La idea era escribir un relato a partir de una o dos fotografías sacadas por mi propia cámara de fotos. No debía ocupar más de dos páginas y el tema era libre. 
Me gusta mucho escribir ficción y las fotos me inspiran mucho. Ojalá que les guste.
Saludos a todos.

                                                                                                           Dolly Gerasol

31 comentarios:

  1. Me gusta, me gusta esa positividad en un momento tan amargo y bajo... necesitaba "escapar" de todo y encontrarse con aquello que tanto ansiaba y aunque no lo encontró tal y como lo esperaba.. supo ver lo que necesitaba de verdad.

    Un beso guapa!

    ResponderEliminar
  2. Me encantan las estaciones y las vías de los trenes, tanto que estuve pensando seriamente en escribir sobre ello xD.
    Me ha encantado también el final que ha sido tan imprevisible y también la manera de encajarlo. Siempre hay que ser positivo aunque las cosas vayan maly buscar el lado bueno de todo
    Me ha encantado
    ¡Un beso!

    ResponderEliminar
  3. No hay lugares para descansar y recargar pilas (o bajar decibelios), solo podemos anhelar encontrar la paz duradera dentro de nosotros mismos. El amor es un buen camino, por ello creo que tu personaje fue muy inteligente en volver con sus abuelos.
    Un saludo
    ibso

    ResponderEliminar
  4. Opino lo mismo que Itsy, aunque sí que es cierto que a veces cuesta mucho encontrar lo positivo cuando algo te golpea de pronto... Pero me encanta esa actitud.

    ¡Un saludo!

    ResponderEliminar
  5. Que bello paisaje el de la estación, transmite esa serenidad de la que hablas, lo bueno es que después de todo pudo disfrutar de su momento en su rincón preferido aunque hubiera cambiado.
    Precioso relato!!

    Besos!!

    ResponderEliminar
  6. Me gusta viajar en tren y me encantó tu relato, demuestra algo que a muchos nos falta en este mundo, el positivismo, nos pasa algo malo e inmediatamente nos desilucionamos y hasta nos deprimimos. Así que, a tomarse las cosas malas de la vda como algo bueno, es parte de nuestra historia y lo que nos hace fuertes.

    Felicidades.

    Saludos~

    ResponderEliminar
  7. Hay, me enamoré de tus fotografías y cómo las fuiste adecuando a la historia. Sobre todo, la reacción que hubo, cómo a pesar de todo lo que uno puede considerar como "negativo" o inclusive baches en el camino, se toma lo mejor, verdadero y preciado de las cosas.

    ¡Qué lindo! TwT ¡Felicidades <3!

    ResponderEliminar
  8. hay que buscar lo positivo en todo momento, aunque no sea fácil. Desde luego, tu personaje tiene un equilibrio interior envidiable!

    ResponderEliminar
  9. Me gusta y las fotografías son preciosas.
    Besos :)

    ResponderEliminar
  10. Hermoso! Me gusta que haya visto el lado positivo. Aveces vamos buscando algo y nos encontramos con otra cosa, entonces nos desilusionamos. Sin ver más allá de la situación. Sin siquiera hacer el intento de ver lo positivo.

    Besos!

    ResponderEliminar
  11. Bonito relato, sobretodo por la capacidad de ella de ver lo positivo. Y también por las hermosas descripciones ^^

    ResponderEliminar
  12. Mientras te leía recordaba un animé que vi hace poco. Se llama "Recuerdos del ayer" y transmite esa misma paz y nostalgia que tu texto e imágenes.

    Besos!!

    ResponderEliminar
  13. Hola!! me gusta tu relato porque sacas de algo triste lo bueno. Ella mira el lugar destruido, pero decide quedarse porque era su lugar preferido, muy bonito relato. Muestra que siempre hay que verle el lado positivo a las cosas aunque estén totalmente de cabeza. :)

    Saludos de Amelie!

    ResponderEliminar
  14. Tu relato me inspira mucha tranquilidad y paz. Me gusta imaginar la estación vacía y la tranquilidad bajo el árbol, lejos de todos los coches y las personas que habitan en la ciudad.

    ¡Cuídate! ;)

    ResponderEliminar
  15. Que bonito relato, ese sentimiento de ser positivo y optimista a pesar de la vicisitudes y dificultades que nos golpean sin aviso alguno. Me saco una sonrisa al final.
    Bienvenida y ya te sigo

    ResponderEliminar
  16. no sabes como me recuerda este relato a mi misma... yo soy así, siempre me gusta sacar algo bueno de todo, de lo que fuera... me hace sentir que la vida merece la pena.
    y en cierto modo así ha sido... pensé que iba a ser un final mucho más diferente, pero me ha sorprendido y ha sido muy lindo

    ResponderEliminar
  17. Me ha gustado mucho tu relato, sobretodo el mensaje, hay que ser positivo e intentar ver el lado bueno de las cosas pese a las adversidades que uno pueda encontrarse en el camino. Muy buena historia.
    Un beso

    ResponderEliminar
  18. Dolly, es hermosisimo el relato! Al fin encontraste la tan ansiada paz!! Me gustaron mucho las descripciones y las fotos son bellisimas, me hacen recordar mi infancia!
    besotes!!!
    Lali.

    ResponderEliminar
  19. Ese final me gusta mucho. Ahí sentada, junto a lo que había sido su lugar. Es muy bonito. Y está muy bien narrado, con esas descripciones.
    Ha sido muy... no sé cómo explicarlo. Quizá la palabra sería relajante.
    Un besito

    ResponderEliminar
  20. Un buen trabajo. Consigues trasmitir los sentimientos de paz y sosiego, pero también la angustia de lo perdido.

    ResponderEliminar
  21. Que historia tan linda, es triste cuando uno quiere, por añoranza, volver a vivir viejas experiencias y no puede porque el lugar está destruido o simplemente desapareció... a mi me pasó una vez y fue bastante decepcionante... te felicito por la narración.

    ResponderEliminar
  22. Hola querida Dolly:D


    Precioso el relato, tan lleno de recuerdos, añoranzas, ternura... un honor tenerte en el grupo, sin lugar a dudas estaré leyéndote:D

    Siento no pasarme antes, pero no he podido estar por aquí.

    Un beso enoorme:D

    ResponderEliminar
  23. Primeramente, bienvenida al grupo :D y bueno tu relato, me parece triste y confortable a la vez, no se como explicarte esas sensaciones, uno siempre tiene un "lugar de paz" y si este se pierde todo se va al traste, así que creo que uno debe ser su propio lugar de paz.

    Y bueno la segunda fotografía, me gusta mucho, siento como si pudiera contar una gran historia... en fin...

    Espero estes muy bien. Saludos!

    ResponderEliminar
  24. Me ha recordado mucho a cuando hace unos años volvía mi tierra en busca de lo mismo que en este relato y no lo encontré, pero intenté encontrarle el lado positivo.
    Un relato precioso y me han encantado las fotos

    ResponderEliminar
  25. muy bonito y lleno de sentimientos!! estupendo trabajo

    ResponderEliminar
  26. GRACIAS A TODOS POR SUS COMENTARIOS Y POR PASAR POR AQUI!!! SALUDOS!!

    ResponderEliminar
  27. sinceramente una historia que me recuerda mucho a recuerdos de un eterno resplandor, muy hermosa nostalgica pero con un mensaje espectacular

    ResponderEliminar
  28. Es bueno reconocer lo que verdaderamente nos importa de entre todo lo que nos rodea. Y ver la botella medio llena... así siempre podremos beber un poco. Enhorabuena, Dolly. Saludos.

    ResponderEliminar
  29. Pues me ha gustado mucho Dolly. Que lenguaje tan bonito empleas para narrar, que visual, trasmites muy bien a través de las sensaciones de la protagonista la belleza del paisaje que la rodea, y lo que acarrea para ella. Y ni que decir tiene que encaja a la perfección con las fotos escogidas. Besitos!!

    ResponderEliminar
  30. Estoy sumamente de acuerdo con Allosaurus, creo que tu relato tiene magia, me entristecí un poco al ver que el lugar esperado ya no existía más, bueno al menos no toda la unidad, sin embargo, ese pequeño banco fue fundamental, por lo que creo que el viaje valió la pena.

    Disculpa el que no haya podido haberme pasado antes, pero aquí estoy dejándote mi pequeño comentario y agradeciéndote que hayas compartido tu escrito.

    ¡Saludos!

    ResponderEliminar

Espero tu comentario, es mi incentivo para continuar creando :-) ¡Gracias por leerme!