Hola a todos:
Un poco más tarde de lo habitual... tarde, pero seguro... acá les dejo para que disfruten un nuevo episodio de mi blog novela.
Los juguetes de Katsuo/Por Dolly Gerasol (obra provisoria)
(Todos los derechos reservados-All rights reserved)
Episodio XXII
"Padre e
hija reaccionaron al llamado de Lucas. Justino caminó hasta la puerta mientras
Agus entraba corriendo al baño para enjuagarse la cara (no quería que su chico
la viera con los ojos hinchados de tanto llorar). A Justino, en cambio, poco le
importó su aspecto desaliñado porque aún no podía reponerse del intenso momento
vivido.
Cuando
Lucas vio la cara del dueño del hotel se preocupó aún más y preguntó en tono
dubitativo: — ¿Qué pasa, Justino? ¿Dónde está Agustina?
—Tranquilo,
muchacho… Cosas entre padre e hija… –respondió mientras le daba una palmada en
el hombro-. Pasa. Enseguida estaremos listos para asistir a la charla. Toma
asiento.
Justino
se dirigió a donde estaba su hija para comprobar su estado. La encontró apoyada
con ambas manos sobre el lavatorio, con el pelo húmedo y desarreglado.
—Aquí
tienes el peine. Pon el programa que más te guste, pero no tardes porque estamos
muy retrasados.
Agustina
asintió en silencio.
Cinco
minutos después, Agus apareció frente a un preocupado Lucas, perfectamente
arreglada como si nada hubiera sucedido. La joven sonrió al ver la inquisidora
mirada que le dirigía Lucas.
—Hola…
Estoy bien. ¿Me darás un beso o te quedarás sentado en ese sillón hasta mañana?
–preguntó Agus con picardía para relajar el ambiente.
Lucas
miró a uno y a otro buscando respuestas, pero ni Justino ni Agustina emitieron
palabra alguna. Se acercó con cautela a la joven y le dio un delicado beso en
la mejilla (no pensaba besar sus labios delante de su padre) y antes de
alejarse del todo le susurró: —Me debes una explicación…
Agustina,
aturdida por el calor de su mejilla recién rasurada y el aroma varonil que
desprendía su piel, asintió en silencio y permaneció en su sitio hasta que su
padre los instó a salir de la habitación.
La
reunión en la sala de seguridad contó con la presencia de seis empleados del
hotel, Justino, Agustina, Lucas, tres empleados de C.E.S. y Gregorio Bermúdez.
Las trece personas reunidas en la habitación esperaron en silencio que el dueño
del “Ragguardevole” tomara la
palabra.
—Agradezco
a todos por estar presentes, más aún a Pablo y Sandro que están fuera del
horario de trabajo y a mi querido amigo Gregorio, quien se apersonó a pesar de
sus muchos compromisos –dijo Justino con solemnidad y tomó asiento, presidiendo
la modesta mesa de reuniones-. El motivo de esta reunión es para preparar un
plan de acción y protección para mañana. El día de la Exposición es el más
importante de la Convención y mis clientes necesitan que les brindemos
seguridad al ciento por ciento. Nada puede quedar librado al azar.
Los
presentes asintieron en señal de consenso. Agustina se sentía aún más
insignificante que minutos antes, rodeada como estaba de hombres fornidos y
especialistas en seguridad y defensa personal. Aunque no pasaba por alto que en
ningún otro sitio estaría más segura que allí. Agus confiaba en las capacidades
y habilidades de todos ellos.
Los
hombres se disponían a diagramar y proyectar los sitios y actividades que cada
uno ocuparía en la Exposición, pero detuvieron sus diálogos y bosquejos ante
las palabras y la mirada seria del señor Ferrari.
—Antes
que comencemos con la organización, quiero que hablemos acerca de un sujeto que
me preocupa sobremanera: Katsuo Tanaka.
Ante la
sola mención del nombre, Agustina sintió escalofríos. Estaba de pie, apoyada
contra la pared escuchando desde las sombras, pero decidió acercase a la mesa y
tomar asiento cerca de Lucas. Necesitaba sentirse segura y tranquila.
—Los
alemanes nos pusieron al tanto de sus investigaciones y nos pidieron que no le
perdamos pisada dentro de tu hotel –comentó Gregorio en tono grave y pausado.
El
cigarrillo había hecho mella en sus cuerdas vocales, a pesar de sus problemas
de salud y de las vigentes restricciones al consumo y comercialización de dicho
producto, no podía dejar el vicio. Entre los presentes era el único consumidor
y sólo su voz y el aspecto desmejorado de su piel denotaban que era fumador, ya
que nunca nadie lo habia visto con un cigarrillo entre los dedos.
—Gregorio,
ya sé que esto está hablado y que me has puesto al tanto de la información que
posees, pero creo oportuno que vigilemos al sujeto más de cerca… Quiero que
envies a algunos de tus hombres a chequear la guarida de sus mujeres
robotizadas… -apuntó Justino, mirando de reojo a su hija y a Lucas.
—Los
directivos de “Baby-Spielzeug” nos
advirtieron que no delatemos nuestro seguimiento, ya que esos robots son capaces de dañar seriamente a
los humanos si los obligan a hacerlo…
—Nunca
deberían haber ingresado al país. Desgraciadamente los controles fronterizos
hacen agua, por eso debemos nosotros proveernos de protección. Aún así, creo
que sería prudente asegurarnos que los juguetes que piensa exponer mañana no
atentan contra la integridad de ninguna persona –exigió con seriedad Justino
apoyando ambas manos sobre la mesa de vidrio templado.
Lucas
disparó un par de miradas a su jefe, quien asintió con pesar. Lucas se puso de
pie y dijo: —Señor Ferrari, tome asiento. Si contamos con su discreción y la de
sus empleados, le brindaremos información confidencial que le ayudará a tomar
los recaudos necesarios.
El
padre de Agustina no se sentó, en cambio, se giró a mirar de frente a Lucas y
le espetó: —Señor Seagal, no soy un niño y mucho menos un subordinado suyo.
Esta es mi casa y soy el único que preside esta reunión. Así que, siéntese…
Agustina
escuchó atenta las palabras de su padre y puso los ojos en blanco mientras
pensaba: “¡Qué hombre complicado! A veces
pienso que mi padre y Sandro nacieron en el siglo diecinueve.”
—Disculpen,
señores –dijo Agustina desde su silla, captando las miradas sorprendidas de los
hombres-. Será mejor que hablen claro y que no dejen nada librado al azar,
porque sino, ese japonés y sus kokeshi, arruinarán
el espectáculo que he esperado presenciar toda mi vida.
Muchos
pensaron que era una joven arrogante y despreocupada, pero hubo dos hombres que
se sintieron tocados muy de cerca por el comentario y juzgaron oportuna la
intervención de Agustina. La Exposición no sólo era importante para ella, sino
para todos los integrantes de la Asociación Mundial de Jugueteros y los niños
de la ciudad de Buenos Aires que, como ella, esperaban con ilusión ese día.
Agustina
percibió el cambio de semblante de su padre y agregó: —Papá, toma asiento y
deja que Lucas y yo te contemos lo que sabemos.
Justino
tomó asiento resignado y Lucas reprimió una carcajada al escuchar las palabras
de su novia. Para no herir susceptibilidades debió guardarse las ganas de hacer
un comentario sarcástico al respecto. Enseguida, Lucas captó la impaciencia de
su jefe y se apresuró a continuar con la charla: —Katsuo Tanaka cuenta con
siete mujeres robotizadas y tres robustos guardaespaldas, estos últimos carecen
de otra cualidad que no sea la fuerza bruta y dos pistolas de última generación
cada uno. Las robots, en cambio,
están conectadas las veinticuatro horas al cuerpo de Tanaka, a través de un
chip que contacta directamente con un satélite de su propiedad.
Los
ojos de Agustina y los de algunos de los empleados se agrandaron al escuchar
dicha información. No así los de Justino, que ya no se sorprendía por nada y
menos aún Gregorio, que había visto y vivido cientos de situaciones
sorprendentes y horribles debido a su trabajo actual y cuando era militar en
ejercicio.
—De
este modo, si por alguna razón él corre peligro, ellas lo notan y poseen la
capacidad y la tecnología para salvaguardar la vida de Tanaka. Lo pueden
detectar en cualquier parte del mundo. El sistema de rastreo satelital de
Katsuo es magnífico. Si vamos a enfrentarnos a él, debemos saber cómo
enfrentarnos a ellas –concluyó Lucas, tomando aire en profundidad y
preparándose para la reacción de los presentes.
El
silencio duró tres segundos y fue destruído por las voces alarmadas de los
nueve empleados, tanto los del hotel como los de C.E.S. A ninguno le agradaba
tener que enfrentarse contra máquinas de última generación, que disponían de
tecnología de punta para actuar y manejarse en el mundo, sin enfrentarse a
sentimientos humanos que las perjudicaran en su accionar. Gregorio y Justino
eran concientes que no podían desplegar un arsenal para defenderse de las
mujeres de Katsuo, el plan de seguridad requeriría más horas de planeamiento
que las que pensaban dedicarle en un primer momento.
Agustina
se puso todo lo seria que su juvenil e inocente rostro le permitío y dijo: —Una
de las armas más importantes de que disponemos es la indiferencia. Si Katsuo no
sabe que lo tenemos en la mira no estará a la defensiva y pensará que no
notamos nada raro en él. Todos estos días ha actuado con corrección, a
excepción del día de premiación en que discutió con uno de los alemanes. Ni
siquiera sus robots han hecho algo
que llame la atención.
Lucas
estaba cada vez más admirado: Agustina podía parecer irresponsable e
imprudente, pero a la hora de proteger a los suyos actuaba como una persona
adulta, hablando con coherencia e inteligencia. Decidió que era momento de
darle poder a sus palabras y apoyó su comentario diciendo: —Agustina tiene
razón. Si Tanaka nos ve desplegando una seguridad excesiva, sabrá que lo
hacemos para restringir su accionar. Ningún otro participante de la Convención
merece semejantes precauciones. Además, él sabe que está tramando algo.
Mientras piense que sólo él y sus empleados lo saben… se moverá con más soltura
y bajará un poco las defensas… Esto nos permitirá descubrir su plan –puntualizó
Lucas con una sonrisa triunfal que compartió con Agus.
Agustina
y él realmente formaban un buen equipo."
Nos reencontramos en una próxima publicación.
¡Gracias por leerme y comentar!
Saludos a todos.
Dolly Gerasol
Amiga mía, me va a dar un infarto leyendo tu historia. Que tierno gesto el de la preocupación de Lucas y que peligroso es el asunto de Tanaka, esas robots me dan un poco de miedo. Espero que no suceda malo porque sino me da algo...ains.
ResponderEliminarHasta el siguiente compi, un besazo!!!
OHHHHHHHHHHHHHH!!! JUSTINO, ME MATA EL NOMBRE Y EL PERSONAJE, EXCELENTE COMO SIEMPRE, QUEREMOS MÁS!!! SE ME HACEN CORTAS!
ResponderEliminarGracias, chicas!!!! :)
ResponderEliminarmuy buen capitulo tocaya!!! q misterioso todo..!me encanta!!!!!!!!!
ResponderEliminarGracias, Sole!!! :)
EliminarHola!!!pase por aqui y me quedo!!! tienes una seguidora mas.
ResponderEliminarBesotes!!
Bienvenida! Gracias por seguirme! :)
EliminarOh! ahora si se puso super el capítulo,todos reunidos por un mismo fin :) proteger a la gente de personas como Tanaka,excelente equipo de Lucas y Agus.Gracias por compartir Dolly!! :* TKM...AKIRA KAMAYE AZMUI
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