Un lugar para comentar que me hace sentir "leer un buen libro". Un lugar donde recomendar esos libros que tanto me gustaron. Y porque no traerles alguna frase sobre lo que inspiran los libros.

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miércoles, 28 de noviembre de 2012

Los juguetes de Katsuo - Episodio XXVIII

Hola a todos:

Un nuevo episodio de mi novela ha llegado, espero que lo disfruten. Está cada día más emocionante, ¿no? ;)


Los juguetes de Katsuo/Por Dolly Gerasol (obra provisoria)
(Todos los derechos reservados - All rights reserved)

Episodio XXVIII

"Lucas Seagal vigilaba, en cuanto disponía de un minuto libre, a Agus a través de las cámaras de seguridad y vio la expresión que ella adoptó al observar los juguetes japoneses. La reacción de su novia lo había sorprendido. A él no le atraían ni la mitad de los juguetes de la Exposición, ya que toda su infancia y adolescencia la pasó realizando deportes al aire libre o investigando acerca de artículos de tecnología e informática que utilizaban los adultos. En cambio, Agustina parecía de las personas que pasaban mucho tiempo dentro de su casa rodeada de ficción tanto en lectura como en video.
Agustina reaccionó al escuchar la voz de Lucas, se apartó a un costado del stand y respondió con disimulo: — Señor, no me he olvidado de mi trabajo, estoy observando todo con detenimiento…
Lucas dejó pasar el tono irónico y le hizo algunos comentarios acerca de los diferentes expositores.
Mientras Agustina Ferrari hablaba distraídamente con su novio, algo llamó su atención en el decorado presentado por Tanaka. Sus ojos se posaron con decisión sobre una de las tres réplicas grandes de kokeshi apostada a uno de los lados del puesto japonés. A Agus le recordó a la niña que la siguió horas antes cuando salió a dar un paseo y a la que aparecía en sus sueños por la noche.
Ante el mutismo sorpresivo de Agus, Lucas preocupado siguió la mirada de ella en las cámaras, sólo vio un objeto decorativo a tono con la temática ofrecida por Tanaka.
— ¿Qué pasa? ¿Qué viste? Agus, dime algo.
—Después hablamos, tengo trabajo que hacer – respondió con ligereza y bajó el volumen del aparato.
Al acercarse, Agus rodeó a la gente y con rapidez y disimulo comenzó a filmar. Mientras lo hacía, detuvo su inquisitiva mirada en la estatua japonesa. Cuando estuvo a diez centímetros de Geisha, ésta interceptó el intercomunicador de Agus, subió el volumen y le dijo en español: — Ten cuidado. Katsuo odia a los espías.
Agus reconoció la voz de la niña robot enseguida, era inconfundible, una voz suave y cantarina acompañada por un sonido metálico de fondo. Agustina no le temía, extrañamente la robot le producía curiosidad y presentía que no era igual a las mujeres robotizadas. No debería arriesgarse porque era una creación de Tanaka, pero ésta kokeshi lucía diferente y no sólo en su apariencia infantil que difería mucho de los cuerpos femeninos esculturales de las demás. La joven mantuvo la vista al frente, dirigida a los visitantes que caminaban de un lado a otro y respondió: —No creo que pueda identificar un espía en medio de tanta gente, pero agradezco tu advertencia. ¿Cómo te llamas?
La niña robot tardó en responder a esa simple pregunta, no se la habían formulado nunca, pero como estaba en su sistema, finalmente la encontró y dijo: —Me llamo Geisha. Ahora, aléjate de aquí.
La última frase sonó a amenaza y Agus lo notó y recordó que las robots estaban ahí para proteger a Tanaka ante todo. En pocos segundos se perdió entre los visitantes y minutos después entró en la cabina de seguridad donde estaba Lucas.
—Necesito que chequees esta filmación ahora – dijo con un tenue tono de alarma en la voz.
—No puedo distraerme, Agus. Puedes verla tú misma en ese dispositivo que está en el rincón –comentó Lucas sin apartar sus ojos de las pantallas, a la vez que daba órdenes a los empleados apostados en diferentes sectores de la Exposición.
Dejando de lado la falta de atención de Lucas y viendo que estaba realmente concentrado en su trabajo, se dispuso a mirar el video sola. Con calma observó los detalles de la estatua y escuchó una y otra vez la voz de Geisha. Sin querer los recuerdos de encuentros anteriores con ella vinieron a su mente, deteniéndose en el día que escuchó con esa misma voz la frase:  “Quisiera ser como tú.” No pudo evitar que un escalofrío recorriera su espalda. No podía deducir si el anhelo de la robot era inocente o podía ser peligroso. La estatua de Geisha en ese momento era muy diferente a la niña que la siguió, pero Agus estaba segura que era la misma. No sabía qué hacer con la información, pero tendría que hablar con Lucas acerca de Geisha y también intentar averiguar por qué la seguía. Debía encontrar la manera de hablar con la niña robot a solas, lejos de la mirada de Tanaka, para aclarar unas cuantas cosas."

¡Gracias por leer y comentar!
Saludos a todos.
                                                                                                  Dolly Gerasol

martes, 27 de noviembre de 2012

Novedad literaria de la mano de Anna Karine

Hola a todos:


Hoy quiero compartir con ustedes una gran novedad. El domingo pasado hice la reseña del último libro publicado de la escritora Anna Karine y ahora les cuento un poquito acerca de su próxima novela que saldrá a la venta el 1º de diciembre de este año, es decir dentro de cinco días. Esta vez publicará bajo su nombre real: Anabella Franco.





Nada más que una noche
Editorial Vergara (Ediciones B Argentina)
Colección: Novela Vergara
Páginas: 416
Publicación: 1° de diciembre de 2012
Género: Novela romántica contemporánea
ISBN: 978-950-15-2568-7



SINOPSIS: Nicolás Hagen es un ingeniero atractivo y exitoso que ama la vida nocturna. Su relación con las mujeres se resume a pasar solo una noche con ellas y abandonarlas dejándoles algo a cambio. Para él todas son iguales: interesadas, insensibles y manipuladoras.
Lavinia es una mujer de belleza envidiable, simple y pura en su alma. Una modista de clase baja que lucha por salir adelante en un entorno hostil. Su pasado la puso en un lugar donde entregarse a un hombre se torna casi imposible. Su presente está regido por la resignación, la aceptación y la constancia.
Alguna diosa obrará entre esos dos mundos, entrelazando ambas vidas. Lavinia será una presa más de Nick, quien no podrá resistir sus impulsos de seducirla y pasar nada más que una noche con ella. Una noche en la que la verdad y la inocencia transformarán sus almas para siempre.
Sin embargo, el destino jugará de nuevo sus cartas: el pasado para Nick tiene forma de heridas, y figura de mujer. El rojo será su esencia. El sexo y la perversidad, su trampa.



La sinopsis parece muy interesante y el book-trailer te deja con ganas de leer YA el libro, menos mal que falta muy poquito para poder comprarlo en las librerías de Argentina o por Internet para el exterior e interior del país en Tematika.
Cuando tenga la oportunidad de leerla, les daré mi opinión, aunque es seguro que Anna no me va a defraudar y me quedaré encantada con la lectura.


Saludos a todos.

                                                                                                                         Dolly Gerasol

domingo, 25 de noviembre de 2012

"Malas intenciones"

Hola a todos:

Hoy comparto con ustedes una nueva reseña. Al fin dispongo de tiempo como para leer más a menudo, lo habrán notado porque en menos de dos semanas subí tres reseñas. Tengo varios libros pendientes para leer y muchas ganas de pasar horas entre libros. 
La novela que acabo de terminar fue publicada en septiembre de este año, es nuevita y la escritora es una amiga argentina de quien ya he leído y reseñado varias novelas. Anna Karine  escribe novelas muy especiales, porque crea personajes únicos y con personalidades muy marcadas y muy bien elaboradas. 



Sinopsis
Es el año 1916. La guerra en Londres termina con las inversiones financieras de los Spencer, quienes deciden emigrar a Buenos Aires con el fin de casar a su hija con su primo Noah Bacon.
El único que se opone a la llegada de los parientes ingleses es Justin, el hijo adoptivo de la familia que años atrás había arribado a la Argentina en busca del progreso prometido en tierras americanas.
Justin y Harriet se encuentran y viven un apasionado romance. El único problema es que se ocultan sus identidades, y cuando la verdad salta a la luz, esta tuerce el destino de todos.
La guerra se avecina en la familia. Ambos hermanos pretenden a la misma mujer.
Presionada por su madre, Harriet se debate entre sus sentimientos y la obediencia mientras Justin oscila entre el amor que siente por su Princesa y el odio que le despiertan sus malas intenciones.
¿Podrá el amor superar las barreras del mandato y el resentimiento?
Una novela de personajes fuertes, con el aire vanguardista de la Buenos Aires de principios del siglo XX, que con su final nos recuerda las grandes películas de amor.

Los protagonistas de este libro deben enfrentarse al mundo que les toca vivir y a sus familias para poder llegar a un final feliz. La realidad de cada uno los llevará a vivir una "guerra" de orgullos, sentimientos y disputas familiares. El amor deberá ser muy fuerte para sobrevivir a tanto odio, pero la victoria dependerá de los amantes y de lo que sienten el uno por el otro. 
Justin Bacon es un hombre con mucha fuerza física y de espíritu, inteligente, audaz, apasionado y luchador. Justin es quien más me cautivó de entre todos los personajes de esta historia, pero Harriet no llegó a convencerme del todo; Rebecca, su madre, adquirió demasiado protagonismo. Lo que más rescato de esta historia es el amor y la lucha de Justin Bacon.
Es un libro muy ameno y se puede leer en un fin de semana, de hecho yo me lo devoré en menos de dos días ;-) La ambientación es muy buena y logras transportarte a otro tiempo, al año 1916, en Buenos Aires, Argentina.

Espero les haya gustado esta nueva reseña y no dejen de leer las novelas de Anna porque en todas encontrarán un personaje entrañable que no podrán volver a descubrir en ningún otro libro.
Saludos a todos.
                                                                                                               Dolly Gerasol

miércoles, 21 de noviembre de 2012

"El descubrimiento de las brujas"

Hola a todos:

Hoy les traigo una nueva reseña. La última novela que he leído esta vez es un thriller paranormal. Cuando me decidí a leerla (alentada por la recomendación de mi amiga de Facebook: Yamila C.) desconocía que era una trilogía, pero lo es y se llama "All Souls". El segundo libro en español se estima que estará a la venta en marzo de 2013. La escritora se llama: Deborah Harkness, es escritora e historiadora americana y ha estudiado durante años tradiciones y rituales mágicos de la Europa Medieval y Renacentista.
Les presento la sinopsis de este libro titulado: "El descubrimiento de las brujas".



Sinopsis

"Empieza con la ausencia y el deseo.
Empieza con sangre y miedo.
Empieza con el descubrimiento de las brujas."

En el corazón de la Biblioteca Bodleiana de Oxford, la apasionada historiadora Diana Bishop se topa en medio de sus investigaciones con el manuscrito identificado como Ashmole 782. Descendiente de un antiguo linaje de brujas, Diana intuye que el manuscrito está relacionado de alguna manera con la magia, pero no quiere tener nada que ver con la brujería. Y después de tomar algunas notas sobre sus curiosos dibujos, lo devuelve sin perder más tiempo a las estanterías. Lo que Diana no sabe es que se trata de un manuscrito alquímico que ha estado perdido durante siglos y cuyo descubrimiento ha desencadenado que hordas de daimones, vampiros y brujas salgan a la luz de las salas de lectura de la Biblioteca.
Una de esas criaturas es Matthew Clairmont, un enigmático genetista, amante del buen vino y vampiro milenario, cuya alianza con Diana se hará progresivamente más íntima y poco a poco surgirá entre ambos una relación que hará tambalear los tabúes asentados desde hace tiempo en un mundo secreto y encantado.
La teoría de la evolución de Darwin no contempló todos los seres que habitan la Tierra, pero Deborah Harkness lo ha hecho en esta emocionante e ingeniosa novela. Desde Oxford a Nueva York, y de aquí a Francia, la magia, la alquimia y la ciencia nos desvelan sus verdaderos vínculos en el libro definitivo sobre la brujería y sus poderes.

Los protagonistas son Diana Bishop (bruja) y Matthew Clairmont (vampiro). Ambos tienen personalidades muy marcadas y oscuros secretos que los vuelven enigmáticos y misteriosos. El encuentro y el comienzo de la relación entre ambos comienza en una biblioteca (maravilloso lugar para un encuentro). Los dos tienen profesiones respetables y son muy inteligentes. La historia se desarrolla de manera tranquila al principio y te permite absorber la esencia de los protagonistas, de su entorno y de los lugares que conocen y aprecian. A medida que avanza la historia comienza la acción y los secretos pesan cada vez más. Es una novela sumamente atractiva, que te mantiene atrapada entre sus páginas a la espera de lo que vendrá al dar vuelta la hoja. 
Matthew es viril, fuerte, hermoso, aguerrido, misterioso, dulce, protector, con un fuego interior muy especial y con la mística de los vampiros. Es un personaje que te enamora y Diana es la mujer perfecta para él. El romance está presente en dosis moderadas, pero no por eso menos emotivas. Al finalizar la primera parte de esta trilogía estás totalmente encariñada con los protagonistas y con sus amigos y familiares. El único problema radica en la larga espera que hay que soportar para continuar disfrutando de esta emocionante, interesante y atractiva novela.  
Espero que tengan la posibilidad de leerla porque presenta a vampiros, daimones y brujas de una manera que a mí particularmente me gustó mucho.
Saludos a todos.
                                                                                                     Dolly Gerasol

domingo, 18 de noviembre de 2012

Novedad literaria: "Secretos y cenizas"

Hola a todos:


Quiero contarles acerca de una joven editorial argentina: Cute Ediciones. Está especializada en libros de cocina y pastelería, radicada en la ciudad de Buenos Aires. Nació en 2009 con la intención de producir contenido de calidad a precio accesible para difundir los trucos y secretos de la cocina entre lectores y usuarios sin formación gastronómica profesional. Ahora, ha lanzando una colección de novela romántica: Amor Verdadero. Para ella convoca a escritoras de novela romántica para su publicación y tiene las siguientes normas para el envío de los manuscritos: 

• El original debe ser inédito.
• Debe tener un mínimo de 200 páginas, mecanografiado a doble espacio (1.5 en programa Word)
• El manuscrito debe ir acompañado de una carta en la que figuren los datos del autor, y un resumen del argumento en una página.
• Sólo se admite un manuscrito por autor.
• La editorial declina el envío de poemas, obras teatrales y antologías de aforismos.
• Las novelas deberán ser enviadas a las siguientes direcciones de correo electrónico: mercedes@cuteediciones.com.ar, felipe@cuteediciones.com.ar


A fin de noviembre estará sacando a la venta una novela de la escritora española Mercedes Santos: "Secretos y cenizas".



Sinopsis: 1738, Carina de Ulloa recibe la carta que cambiará su vida. Su padre, un marino de la Armada Real destinado al Virreinato de Nueva Granada, le pide que se reúna con él en Cartagena de Indias. La esperan una fortuna en cacaotales y un aristócrata venido a menos con quien casarse. Pero al desembarcar le informan que su padre fue asesinado y su prometido se casó con otra.


Pronto Carina descubrirá los turbios negocios de su padre, el contrabando generalizado, el clima de guerra que se vive en todo el Caribe entre España e Inglaterra, la existencia de una hermanastra mulata perseguida por la Inquisición y los pasquines difamatorios que la han puesto en ridículo antes de llegar a la ciudad. Su camino se cruzará con el de Diego de Veranz un malcriado aristócrata, desterrado de la ciudad acusado de un crimen, que tras su fachada de bonvivant trabaja en secreto para la Corona. Oculto tras el disfraz de letrado, ayudará a la mujer a la que él mismo convirtió en el hazmerreír de toda Cartagena. Ambos buscan venganza, pero serán arrollados por un elemento imprevisto: la pasión.
Las plantaciones de cacao, las misas negras en las ciénagas, el poder de la Inquisición y el lujo de la corte virreinal, el pirateo en Jamaica y Tortuga, el asalto inglés a Portobello y el ataque inglés a Cartagena -el mayor en la historia naval hasta el de Normandía doscientos años después-, son el escenario de esta heroica novela de amor.

El argumento de este libro es muy interesante y estoy esperando que esté disponible en las librerías para adquirirlo. Cuando tenga la posibilidad de leerlo les daré mi opinión acerca de esta historia y si ustedes lo leen, espero que me cuenten sus opiniones también.
Saludos a todos.
                                                                                                                      Dolly Gerasol

miércoles, 14 de noviembre de 2012

Los juguetes de Katsuo - Episodio XXVII

Hola a todos:

Hoy finalmente llega un nuevo episodio de mi blog novela. Me estoy poniendo al día con ella e intentaré publicar otro episodio la semana que viene. Ahora, basta de cháchara y a disfrutar de la lectura ;-)


Los juguetes de Katsuo/Por Dolly Gerasol (obra provisoria)
(Todos los derechos reservados - All rights reserved)

Episodio XXVII


"El análisis previo al comienzo de la Exposición, realizado a los juguetes de todos los participantes, no arrojó resultados peligrosos o anti-éticos, ni siquiera los del japonés. Los productos de Tanaka, a la vista de los expertos, eran juguetes vistosos e inofensivos; este hecho preocupó a Justino y a Lucas sobremanera, la pasividad de Katsuo era sospechosa. Mientras los ojos del personal de seguridad estaban puestos en los juguetes de la exhibición, tres de las kokeshi (Yuki Onna, Izanami y Geisha) estaban presentes en el salón, a pesar de los rigurosos controles. Las tres, con la apariencia de las tradicionales muñecas japonesas, parecían estatuas, réplicas en tamaño gigante de algunos de los juguetes expuestos en el stand de Katsuo; su antigua apariencia de robot había desaparecido tras la transformación que eran capaces de realizar con sus propios cuerpos. Todos creían que Tanaka había asistido sólo con dos de sus guardaespaldas, pero las mujeres robots estarían cerca de su jefe para protegerlo. Fueron ingresadas como objetos decorativos junto con los materiales y los carteles con los que se armaría el stand. 
En pocas horas todos los prototipos y proyectos de juguetes para exponer a un análisis de mercado estaban a la vista de los visitantes, quienes quedaron maravillados ante tan colorida y sorprendente feria. Una de las personas más entusiasmada y feliz dentro del gran salón era Agustina, sus ojos verdes brillaban como piedras preciosas y reflejaban lo que la Exposición representaba para ella: admiración por los fabricantes de juguetes, anhelo por apreciar lo que antes sus padres habían disfrutado tomados de las manos, la alegría que su niña interior sentía ante tales objetos y la emoción que sentía al poder compartir con su padre la Exposición en su propia casa. 
Justino se acercó a su hija limpiando con disimulo las lágrimas que había derramado mientras participaba del discurso de inauguración de la feria. Los recuerdos de su difunta esposa agolpados en su mente lo llevaron a dedicarle sus palabras a ella y a los momentos que ambos habían compartido en ese mundo de jugueterías. Al finalizar, su mirada se posó en los ojos anegados en lágrimas de su adorada hija y necesitó ir a su encuentro para abrazarla. 
—Mi pequeña, siento que mi discurso te haya hecho emocionar tanto… No estés triste, quiero que disfrutes de todo esto y olvídate por un rato del japonés. Nosotros nos ocuparemos de tenerlo vigilado… —comentó Justino con voz rasposa mientras rozaba la mejilla húmeda de Agustina. 
—Papá, estoy feliz de estar aquí contigo. Mamá debe estar muy contenta de que ambos podamos disfrutar de la Exposición. Además, mira las sonrisas de todos esos niños y las miradas brillantes de sus padres. Todos los visitantes de esta feria trajeron a sus hijos para que no pierdan su infancia… —reflexionó Agus, tomando con fuerza la mano de su padre y dedicándole una cálida sonrisa. 
Ambos observaron en silencio durante varios minutos a las personas que reían, recorrían con entusiasmo los diferentes stands y testeaban con sus hijos los modernos juguetes. No era habitual que las familias asistieran con sus hijos pequeños a lugares donde se reunía mucha gente. La inseguridad, la desconfianza hacia el otro y los virus que había en el aire, llevaban a los padres a sobreproteger a sus pequeños. El número de asistentes había superado las expectativas de los organizadores y los Ferrari estaban felices de que así fuera.
Los fabricantes tenían colocadas pantallas de alta definición 4D y en ellas mostraban algunos pasos del proceso de fabricación de los productos y el modo de uso de los que tenían tecnologías nuevas e innovadoras para mantener entretenidos a los chicos por varias horas. 
Todos los prototipos eran sorprendentes, tanto por su colorido como por su diseño moderno y por las diferentes opciones de diversión que brindaban, pero Agus quedó realmente sorprendida cuando llegó al stand de Tanaka. Sus emociones quedaron a flor de piel cuando vio reflejados en los diferentes juguetes a los personajes animados del pasado de sus padres: personajes de Walt Disney, Hello Kitty, Sakura Card Captor, Mazinger Z y muchos más que apenas si podía recordar sus nombres. En su infancia había pasado muchas horas mirando, sola o con su padre, los dibujos animados que Justino había conocido y disfrutado. Justino había recurrido a los vídeos que atesoraba para entretener a su inquieta hija, ya que lo que había en la televisión no le agradaba en absoluto y no lograba captar su atención. Agustina había quedado maravillada por las formas y colores, las historias, las voces y los mundos de estas series animadas. Uno de los peluches que su mamá le había regalado era el tierno “Winnie The Pooh” y ahora lo veía representado en una moderna réplica fabricada según la estructura de las tradicionales muñecas japonesas. Los juguetes producían en quienes los observaban un extraño efecto, ya que combinaban la tradicional construcción de las kokeshi con personajes de dibujos animados salidos de las pantallas de televisión. Eran coloridos, livianos y todos contenían en su cuerpo una pequeña pantalla en 3D donde reproducían capítulos de las series animadas a las que hacían referencia. 
Agustina no comprendía por qué Katsuo había decidido apostar al pasado para captar compradores para sus juguetes, pero estaba segura que no sólo ella había quedado prendada de ellos. La gente estaba reunida en torno al stand de Tanaka y no paraba de hacer preguntas. Los niños en cambio pedían a gritos que les compren alguno de esos vistosos muñecos. 
Lucas sacó a Agustina de su ensoñación al dirigirle una orden por su intercomunicador: —Recuerda la misión que te encomendé. Sé prudente y haz tu trabajo. 
Sabía que el tono formal y tajante haría enojar a Agus y sonrió al ver la expresión en su rostro. Lo divertía cuando ponía cara de fastidio y aún más lo divertían sus réplicas, aunque a veces lograrán sacarlo a él de quicio."


Espero que les haya gustado. Los espero para leer el próximo episodio y para seguir compartiendo publicaciones.
Saludos a todos.
                                                                                                                 Dolly Gerasol

viernes, 9 de noviembre de 2012

"En el país de la nube blanca"

Hola a todos:

Les pido disculpas por haber desaparecido por tantos días. Estuve de vacaciones y luego, con muuuchooo trabajo, aún sigo ocupada pero necesitaba escribir aunque sea una reseña.
Les cuento que he leído la novela de Sarah Lark: "En el país de la nube blanca".



Colección: Grandes Novelas / Páginas: 752 / Formato: 15 x 23 cm / ISBN: 978-84-666-4671-0

Sinopsis: Londres, 1852: dos chicas emprenden la travesía en barco hacia Nueva Zelanda. Para ellas significa el comienzo de una nueva vida como futuras esposas de unos hombres a quienes no conocen. Gwyneira, de origen noble, está prometida al hijo de un magnate de la lana, mientras que Helen, institutriz de profesión, ha respondido a la solicitud de matrimonio de un granjero. Ambas deberán seguir su destino en una tierra a la que se compara con el paraíso. Pero ¿hallarán el amor y la felicidad en el extremo opuesto del mundo? En el país de la nube blanca, el debut más exitoso de los últimos años en Alemania, es una novela cautivante sobre el amor y el odio, la confianza y la enemistad, y sobre dos familias cuyo sino está unido de forma indisoluble.

Es un libro muy interesante y entretenido. Muchas historias diferentes se entretejen en esta aventura que emprenden Gwyneira y Helen. Ambas quedaran unidas por una profunda amistad que nacerá frente a la adversidad y continuará por el resto de sus vidas. Gwyneira es la protagonista que más admiro y aprecio en esta hermosa novela. Su personalidad y su fortaleza hacen que destaque de los demás personajes. Los detalles y descripciones de la vida y las costumbres de Nueva Zelanda en el siglo XIX están logrados de manera clara y amena. 
Cuando leí este libro estaba viajando por el sur de mi país y llegué hasta Tierra del Fuego, una provincia que tuvo mucho en común con Nueva Zelanda y Australia en ese tiempo, este hecho hizo que me fuera más fácil meterme en el paisaje reinante en la historia de Gwyneira y Helen.
Hacía mucho que tenía ganas de leer esta novela y agradezco a quienes me la recomendaron porque realmente vale la pena disfrutarla. Ahora se las recomiendo a ustedes, mis queridos lectores.

Saludos a todos.
                                                                                                           Dolly Gerasol

miércoles, 24 de octubre de 2012

Los juguetes de Katsuo - Episodio XXVI

Hola a todos:

Nuevamente comparto con ustedes otro episodio de mi querida novela, para que sigan disfrutando de esta atrapante historia.



Los juguetes de Katsuo/Por Dolly Gerasol (obra provisoria)
(Todos los derechos reservados - All rights reserved)

Episodio XXVI

"El gran día de la Exposición Internacional de Juguetes llegó. Los empleados del hotel “Ragguardevole”, desde muy temprano en la mañana, comenzaron a armar los stands de cada una de las empresas expositoras. Con ayuda de herramientas electrónicas y mecanizadas de última generación, en tres horas acabarían de preparar todo lo necesario para que los juguetes pudieran ser colocados en estantes, vitrinas y mesas de modernos diseños, y de este modo ser apreciados por los visitantes. Las tareas de decoración y armado de los stands estaban rodeadas de colorido y música. Cuando Agus llegó al salón de fiestas, colindante con el edificio principal del hotel, se maravilló ante tanto despliegue de armazones de metal, luces, cartelería, amoblamiento, personas que iban y venían, subían y bajaban de elevadores y escaleras. Lo que más la sorprendió fue la sonrisa que lucían las caras que cruzaba y los saludos cargados de  entusiasmo. “Me parece que no sólo a los niños y jóvenes nos gustan los juguetes. Quiero verle la cara a papá cuando vea todo esto”, pensó Agus mientras buscaba con la mirada a su padre.
Alguien se acercó por detrás de la joven y la sorprendió diciendo: —Buenos días, señorita Ferrari. Necesito que me acompañe al sector de seguridad.
Agustina giró sobre sus talones y enfrentó a un par de ojos almendrados que la miraban con picardía: — ¡Cuánto formalismo! ¿Desde cuándo me tratas de “señorita Ferrari”? Siempre fuiste un caradura… -comentó Agus con fingida ironía, mientras era escoltada por Pablo Longhini a la oficina de seguridad.
—Desde que eres la novia del gerente de C.E.S. No querrás que enfade a Seagal, ¿o sí? –replicó Pablo, achicando los ojos para evaluar a la joven.
—Mejor comportate conmigo porque yo misma me encargaré de ponerte los puntos –ordenó sonriendo y dándole una palmada en el hombro.
A Lucas no le pasó desapercibido el ambiente cómodo y divertido que compartían Agustina y Pablo. El muchacho era más joven que él y a pesar de parecer desfachatado e irresponsable, cumplía muy bien su trabajo en el hotel, además era inteligente y decidido. Una sensación desconocida lo invadió y dedujo que serían celos lo que sentía en ese instante. Con semblante serio recibió a la sonriente Agustina y su mirada tormentosa la paralizó por unos segundos, no así a Pablo que pasó por alto el tosco recibimiento y continuó su camino sonriendo con satisfacción (intuía que Lucas estaba celoso).
— ¡Buen día! ¿A qué se debe tanta seriedad, señor Seagal? –preguntó Agus en el tono más despreocupado e irónico que pudo expresar.
—Es un día importante y hay mucho trabajo por hacer. Necesito pedirte un favor, por eso mandé llamarte –explicó Lucas en el mismo tono que utilizaba para hablar con los integrantes de su staff.
—Tu mal humor no va a arruinar este maravilloso día, así que… te escucho… -dijo Agus sin apartar sus ojos verdes de su novio y cruzandose de brazos en señal de impaciencia.
—Quiero que filmes el stand de Tanaka, a él y a sus acompañantes. Colocaré un minúsculo dispositivo en tu campera. En cuanto entre en contacto con ella adquirirá el color exacto de la prenda y se confundirá con la tela. Nadie notará lo que estás haciendo –explicó Lucas mientras la tomaba del brazo y la instaba a ocultarse dentro de la cabina de control para que nadie los viera.
Agustina estaba muy ilusionada con la misión que tenía que realizar, por un momento dejó de observar a Lucas y escuchó con atención las explicaciones. Lo dejó hacer y cuando la diminuta cámara estuvo en su sitio, dijo: —Lucas… Cumpliré con mi misión lo mejor que pueda.
—No demores más de lo necesario, no quiero que sospechen que estás trabajando para la seguridad del hotel o como espía empresarial.
Agustina asintió y salió del pequeño recinto. Antes que ella se alejara un metro de la salida, Lucas la tomó por detrás de la cintura y le susurró al oído: —No me gusta el modo en que te mira Pablo Longhini. ¿Crees que deba dejarle bien en claro quién es tu novio?
Las piernas de Agus flaquearon al sentir sus labios y su cálido aliento en el oído. No le gustaba sentirse la posesión de nadie, pero le agradaba que Lucas la quisiera sólo para él.
—No te preocupes, bonito. Pablo ya lo tiene bien claro. Pero si quieres dejarme claro a mí, que eres mi novio, espero las pruebas… –respondió desafiante y seductora.
Lucas ante la provocación, la giró en sus brazos y la besó con urgencia y profundidad. Cuando Agus se libró con torpeza de su abrazo y se perdió entre la gente, Lucas pensó: “No veo la hora que termine todo esto para fundirme en tu cuerpo, preciosa”.
— ¡Seagal! ¡Seagal! Marcos González lo necesita para concretar algunos ajustes del detector de entrada de los juguetes –dijo con urgencia uno de los empleados de Ferrari.
Una vez sumergido en sus tareas, Lucas logró contener y apaciguar sus instintos amorosos. El resto del día apenas tuvo minutos libres para pensar en Agustina o en alguna otra cosa que no fuera la seguridad de las personas que estaban dentro y en los alrededores del salón donde se desarrollaba la Exposición."

¡Gracias por leer y comentar! :-)
Saludos a todos. 
                                                                                                                Dolly Gerasol

miércoles, 10 de octubre de 2012

Los juguetes de Katsuo - Episodio XXV

Hola a todos:

El nuevo episodio de la semana llega con unas horitas de retraso, pero acá está... ¡Qué lo disfruten!



Los juguetes de Katsuo/Por Dolly Gerasol (obra provisoria)
(Todos los derechos reservados - All rights reserved)

Episodio XXV

"Al escuchar voces y ruidos en el pasillo, Geisha quedó oculta entre la ropa de Agustina y quieta permaneció allí hasta que el silencio dominó la habitación. Geisha salió del placard con cuidado de no golpear o mover algo que pudiera despertar a Agustina. Antes de escapar por la ventana, quiso ver de cerca a la joven que disfrutaba, todos los días, de ese recinto que Geisha disfrutó sólo media hora. Cuando estuvo a diez centímetros de la cara de Agustina, rozó suavemente la mejilla cálida y blanda con su fría y dura mano y murmuró: —Quisiera ser como tú…
Cierto aire nostálgico la rodeó y la acompañó cuando saltó por la ventana del primer piso del hotel, perdiéndose en la espesura de la noche sin ser vista.
Geisha recorrió las calles que la separaban del depósito de juguetes con tranquilidad. A pesar de haber demorado más de lo previsto, había logrado su objetivo. Mañana recibiría el elogio de Katsuo por su buen desempeño.
No tenía ganas de charlar con las mujeres robotizadas y tampoco le gustaba interrumpirlas cuando se efectuaban el mantenimiento unas a otras. Geisha sentía que no pertenecía a ese grupo del que siempre recibía miradas despectivas y reprobatorias.
Subió a la terraza para mirar el cielo y esperar allí el amanecer. Cuando se apoyó en la pared que hacía las veces de balcón, tocó algo que emitió un ruido metálico. Enseguida supo qué era: un gancho para escalar. Temiendo que alguien estuviera ascendiendo por él para entrar por sorpresa al galpón, decidió descender por el cable de acero y espantar a la persona que encontrara en el camino. Un hombre fornido, vestido de negro de pies a cabeza, ascendía con energía por la pared. Geisha y él se miraron fijamente y ambos actuaron al mismo tiempo. Sandro descargó un golpe fuerte y seco en la espalda de la niña robot mientras ésta utilizaba una herramienta electrónica que tenía prohibida: la descarga electromagnética. Ambos cayeron al piso, Sandro desmayado y Geisha con su cuerpo abollado. La sorpresa y el temor habían hecho que Geisha agrediera al hombre del único modo que tenía prohibido, por lo tanto tenía que evitar que Katsuo descubriera lo que había hecho. Con la agilidad que la caracterizaba recogió el cuerpo inerte del humano y lo arrastró por la vereda hasta llegar a un edificio abandonado. Allí escondió al guardaespaldas de Agustina Ferrari y luego corrió a ocultarse dentro del galpón. Si tenía suerte nadie encontraría al hombre antes de que Katsuo y sus robots estuvieran en el avión que los llevaría de regreso a la fracción de Japón en la que vivían.

Al amanecer, una sensación extraña y difícil de describir invadió el despertar de Agustina. Estaba acostumbrada a soñar y, a veces, los sueños no le permitían descansar bien, pero esta vez era diferente. Intentó recordar imágenes o sensaciones como lo hacía cada vez que un sueño contenía sucesos o personas que necesitaba recordar o investigar, pero no pudo hallar ningún rastro que le permitiera explicar su malestar. “Mejor será que me de una ducha y tome un desayuno completo para reponer energías”, pensó Agus mientras recogía la ropa que había tirado al suelo antes de acostarse la noche anterior.
Mientras el agua caliente recorría su cuerpo, Agus recordó, como un flash, el roce de algo en su mejilla durante la noche y una voz susurrando en su oído: “Quisiera ser como tú…”. Un escalofrío la invadió luego de esa sensación onírica y a la vez verosímil.
Cuando se secaba el pelo, Agus miró en el espejo su reflejo y vio ojeras debajo de sus ojos. Claramente había tenido una mala noche, aunque ella no lo notara como otras veces. La inquietud y la ansiedad producto de la pronta concreción de su anhelo de la infancia estaban haciendo estragos en su semblante.

La misma noche que fuera negativa para Agustina, generó efectos positivos en un huésped del hotel. Katsuo no durmió, pero ocupó las horas de sueño disfrutando y sonriendo triunfal: el testeo del sensor colocado en la almohada de la hija de Ferrari indicó un funcionamiento óptimo de la central y de las ondas generadas por el juguete que Geisha escondió en el placard de la joven. Su proyecto sería un éxito, tal como él lo había previsto, y esa mañana lucía fresco y renovado.
La alegría de Katsuo aún no estaba empañada, desconocía que Geisha había descubierto a Sandro cuando éste, desoyendo las advertencias de Gregorio y su gente, intentaba robar uno de los juguetes para chequear que no fuera peligroso para las personas que asistirían a la Exposición. Además, Katsuo desconocía que Geisha había utilizado la descarga electromagnética sobre el cerebro de ese hombre, herramienta que las robots tenían prohibido usar.
El ataque de la niña robot hizo que Sandro perdiera temporalmente la memoria y se desorientara debido al terror que lo azolaba mientras duraba el efecto del shock; pero no por esta razón las kokeshi tenían prohibida la aplicación de dicha destreza (a Katsuo no le disgustaba el efecto que provocaba en los seres humanos), sino porque los alemanes habían fabricado un sistema que detectaba su uso si se encontraban en un radio de alcance de trescientos kilómetros. Los directivos de “Baby-Spielzeug” estaban en la misma ciudad que Geisha, por lo tanto irían tras ella no bien descubrieran lo ocurrido al guardaespaldas de Agustina. Los alemanes habían amenazado a Tanaka cinco meses antes: si alguna vez descubrían que una de sus robots atentaba contra la integridad de un ser humano, ellos se encargarían de perseguirlo, capturarlo y dejarían al descubierto sus sucios proyectos y la deshonra que Tanaka significaba para la Asociación Mundial de Jugueteros. Mientras Katsuo desconociera este hecho, su dicha continuaría reflejada en su rostro y Geisha estaría a salvo, pero tendría que encontrar una excusa para que abandonaran Argentina no bien finalizara la Exposición para evitar ser atrapados por los alemanes y evitar la ira de su dueño."

Queridos lectores les aviso que a partir de ahora, por falta de tiempo para dedicar a la creación literaria, los episodios se publicarán cada 15 días. 
Nos reencontraremos el miércoles 24 de octubre.

Saludos a todos.
                                                                                                                 Dolly Gerasol

miércoles, 3 de octubre de 2012

Los juguetes de Katsuo - Episodio XXIV

Hola a todos:

¿Está emocionante la novela? A mí me parece que sí ;-) Hoy los sumergiré en un episodio romántico y especial. ¡Disfruten la lectura!


Los juguetes de Katsuo/Por Dolly Gerasol (obra provisoria)
(Todos los derechos reservados - All rights reserved)

Episodio XXIV

"La reunión se prolongó hasta las once de la noche, razón por la cual Agustina y Lucas, sólo dispusieron de unos minutos para besarse y cruzar algunas palabras.
—Gracias por apoyarme en la reunión. Si no hubieras intervenido, no me hubieran escuchado –comentó Agus mientras se pegaba aún más al cuerpo de su novio para sentir su calor y sus caricias.
Estaban sentados en el sillón del hall de recepción, en el rincón más escondido de las miradas de los huéspedes. De todos modos, a esa hora las personas permanecían en sus habitaciones, solamente los empleados del hotel iban y venían comprobando que todo funcionara a la perfección y estuviera ordenado y limpio.
Mientras con una mano acariciaba su sedoso cabello ondulado, con la otra, Lucas mantenía apretado contra el suyo, el cuerpo de Agustina. Sentirla cerca despertaba en él muchas sensaciones y sólo cuando la tenía entre sus brazos sentía que podía protegerla de todos y de todo.
—Cada día que pasa me sorprendes más y, a medida que te conozco, admiro más tu personalidad. Puedes ser inocente y sagaz a la vez, frágil y fuerte, impulsiva y reflexiva, cariñosa y despectiva… No eres bipolar, no me refiero a eso…
—Ssshhh… -silenció Agustina posando uno de sus delgados dedos sobre los labios de Lucas-. Entiendo lo que quieres decir… puedo ser diablo o ángel según la situación que se me presente –comentó mientras acariciaba la boca de su novio y lo miraba con profundidad a los ojos.
—Puedes volverme loco de amor o de rabia… -susurró él y con rapidez la tomó por la cintura y la sentó sobre su regazo.
—En este momento, ¿qué locura te aqueja? –preguntó Agus con picardía mientras reemplazaba su dedo por sus labios en la boca de Lucas.
Los besos apasionados les quitaron el aliento y cuando el fuego estaba empezando a consumirlos… La presencia de Tanaka ingresando por la puerta principal del hotel los enfrió como baldazo de agua helada. El cacheo de los guardias indicó que el japonés ingresaba al hotel sin ningún artefacto o arma que implicara una amenaza, ni siquiera lo acompañaba alguna de sus mujeres robotizadas. Estaba claro que Katsuo no quería despertar ninguna sospecha sobre su persona. No había ningún ser humano capaz de saber lo que él tramaba, pero la discreción era un buen escudo a la hora de concretar sus planes.
Lucas y Agus, paralizados, apenas respiraban, no querían que Tanaka los viera.
—El muy cretino parece una persona normal cuando quiere. Me gustaría saber qué ronda en la cabeza de ese hombre. Cada vez que lo veo percibo una sensación fría y escalofriante que emana de él –susurró Agus preocupada y pensativa.
—Es un hombre enigmático y sombrío, es verdad, pero aún no hemos podido probar ninguna actividad maligna en la Convención. Me preocupa su pasividad y coincido con tu padre en el chequeo de los juguetes. Voy a preparar todo el material necesario para que mañana requisemos los juguetes de todos los participantes de la Exposición. Será mejor que me vaya ahora, sino no me alcanzará el tiempo. Esta noche no duermo –comentó Lucas poniéndose de pie sin despegarse de Agustina.
—Yo tampoco podré dormir, tal vez podría ir contigo y ayudarte… -sugirió la joven aunque intuía que la respuesta sería negativa.
—De ninguna manera. Mañana disfrutarás de la Exposición que tanta ilusión te hace. Nosotros nos ocuparemos de que todo marche bien. Descansa, así podrás estar bien para recorrer la Expo de arriba abajo –dijo Lucas con una sonrisa mientras recorría con sus labios el cuello tibio y suave de su novia.
—Mmmm… Me gustaría que te quedaras conmigo esta noche…
La sugerencia tomó desprevenido a Lucas, quien comenzó a sentir que el calor sensual que emanaba de Agus se colaba por los poros de su piel y despertaba todos sus sentidos.
—Será mejor que me marche porque si no lo hago en este instante… tu padre me echará a patadas de aquí –comentó mientras separaba sus manos de Agus y se alejaba de ella.
Agustina estaba cansada, el llanto y la discusión con su padre habían menguado sus fuerzas, pero la expectativa por la Exposición y el temor a que algo malo sucediera, la mantenían despabilada. No quería alejarse de Lucas, con él sentía que nadie podría hacerle daño y que todo marcharía con normalidad.
Al ver la angustia en los ojos verdes de ella, Lucas recordó lo sucedido en la habitación de Justino y preguntó: — ¿Por qué llorabas esta tarde?
—Tuve un intercambio de pareceres con mi papá… Ya lo hemos resuelto, no quiero recordarlo… Menos aún me agrada saber que me escuchaste llorar… -dijo Agustina agachando la cabeza avergonzada.
Lucas le tomó la cara entre las manos y la obligó a mirarlo mientras decía en tono dulce y amable: —“Nunca te avergüences de tus lágrimas, pero evita que estas opaquen tu mirada y tus esperanzas, y mucho menos que se conviertan en un hábito.” Esas sabias palabras se las escuché pronunciar a mi querida abuela una mañana mientras sostenía a mi prima entre sus brazos, consolándola.
Agus sumergió su mirada en los grises ojos de su amado Lucas, embriagada de ternura ante sus palabras y contenta por compartir un momento tan íntimo con él. No conocía nada de su vida privada, sólo acerca de su trabajo; saber que tenía una abuela y una prima a las que apreciaba le dio ganas de conocerlas y preguntarles acerca de la infancia y adolescencia de Lucas.
— ¡Gracias! Estoy feliz de haberte conocido. Creía que no quedaban hombres que valgan la pena… Los chicos de mi edad sólo piensan en vivir una vida virtual frente a los juegos de computadora y pantallas en 3D; no atienden a su familia y no comparten momentos como este ni siquiera con sus padres… -concluyó Agustina apenada por recordar lo sola que se sentía antes de conocer a ese hombre que a pesar de su madurez, mantenía su lado adolescente vivo.
—Soy anticuado y aunque cumplo con excelencia mi trabajo, me tildan de sensible y blando, pero no me importa. Agradezco a mis padres y abuelos el modo en que me criaron. Soy parte de una minoría, al igual que mi jovencita de ojos verdes, pero vale la pena si así como soy me quieres a tu lado…
Y sin más palabras de por medio, el idioma de los besos logró completar y confirmar lo que albergaban en sus corazones enamorados. Tomados de la mano ascendieron al primer piso y se despidieron con un cálido y profundo abrazo.

Agustina sin encender la luz de la habitación, se desvistió y se metió bajo las sábanas, respirando aún el perfume de Lucas y sonriendo de alegría se durmió, anhelando soñar con su adorado gerente de C.E.S."

¡Gracias por leerme!
Saludos a todos.
                                                                                                                  Dolly Gerasol

miércoles, 26 de septiembre de 2012

Los juguetes de Katsuo - Episodio XXIII

Hola a todos:

Ha llegado un nuevo episodio. ¡A disfrutarlo!


Los juguetes de Katsuo/Por Dolly Gerasol (obra provisoria)
(Todos los derechos reservados - All rights reserved)

Episodio XXIII


"Luego de perder de vista a Agustina, la niña robot regresó al galpón de la calle Ruggieri. Sabía que Katsuo estaría en la terraza, por ello dirigió su delgadas piernas metálicas hacia ahí. Silenciosa y ágil como siempre se acercó a él y se sentó a su lado.
Para Katsuo Tanaka, Geisha era más que un robot creado con inteligencia y tecnología, era su última creación basada en la imagen de la hija que hubiera deseado tener.
Una tragedia había convertido a Katsuo en lo que hoy día era: un hombre que renegaba de los humanos, frío, calculador y en varias ocasiones, cruel. Sólo Geisha conocía la pequeña porción de buenos sentimientos que albergaba el corazón de su creador.
Diez años atrás, una terrible inundación seguida de un tsunami de dimensiones colosales hundió en el mar más de la mitad de Japón, reduciendo al país a una pequeña porción de tierra. Tras esa fatídica venganza de la naturaleza, millones de vidas se perdieron para siempre, entre ellas contaba la esposa de Katsuo, quien murió porque los rescatistas no alcanzaron a sacarla de la casa antes que el agua la sumergiera completamente. Katsuo culpó a ese grupo de hombres por la muerte de Hikari. Él no contaba con medios para sacarla de donde había quedado atrapada y cuando pidió ayuda se la negaron porque estaban resolviendo otros problemas. Katsuo pidió a gritos que salvaran a su esposa, suplicó que le prestaran herramientas y un bote para llegar a ella y se los negaron. En su desesperación, golpeó a dos hombres con una madera gruesa y les robó lo que necesitaba para salvar a Hikari, pero al llegar al lugar ya era demasiado tarde. El agua había barrido la zona. La casa del matrimonio Tanaka había sido arrastrado por la corriente, junto con la vida de la amada esposa de Katsuo.
Hikari era una bella mujer que, en vida, colmó de luz la existencia de su esposo; dejándolo, con su muerte, sumergido en tinieblas. Hikari y Katsuo se conocieron en la Universidad, ambos sentían un cariño especial hacia la robótica y compartían proyectos y ambiciones. La primera de las robots la diseñaron juntos, decidieron que fueran mujeres porque así podían darles nombres de féminas legendarias japonesas, ya que admiraban las historias que contaban sus antepasados acerca de criaturas que habitaron suelo japonés siglos antes que ellos. El traspaso de esas leyendas de generación en generación había disminuido considerablemente a principios del siglo XXI y ambos creyeron que si creaban mujeres robots que rememoraran las leyendas a través del tiempo, la cultura que tanto admiraban no se perdería aunque ellos murieran. Ese sano proyecto habitó en el corazón de Katsuo mientras Hikari estuvo a su lado, luego sus sentimientos se tornaron oscuros y sus ambiciones apuntaron hacia fines non sanctos.
—Geisha, te he dicho que no interrumpas mi soledad –disparó Katsuo cuando Geisha se sentó a su lado.
—Lo siento. Quería escuchar tus instrucciones una vez más, antes de cumplir mi misión de esta noche –dijo con su voz suave y cantarina (Katsuo se había esmerado para darle la voz más hermosa que un robot pudiera poseer).
—Pídele a Izanami que te las repita. No estoy de humor para charlar.
Cuando la mente de Katsuo era invadida por los recuerdos tristes del pasado, su humor se tornaba más agrio de lo habitual y aislándose lograba recuperar cierto equilibrio.
—Katsuo… ¿por qué estás así? No te enojes conmigo –suplicó Geisha en un tono tan humano que el propio Katsuo se sobresaltó.
Tanaka miró a su pequeña robot y un pequeño destello de luz brilló en sus ojos oscuros, sólo unos segundos permaneció allí y se diluyó como la débil llama de una vela.
—Vete de aquí, Geisha. Prepárate para hacer tu trabajo y no lo arruines –concluyó Katsuo alejándose de la terraza para regresar al galpón.
La niña robotizada quiso llorar como las niñas de carne y hueso, pero no podía aunque lo deseara, ella no era humana.

Geisha era ágil, liviana y pequeña, estas cualidades la hacían especial para espiar, ocultarse y colarse sin ser vista, por ello le habían asignado la tarea de entrar a la habitación de Agustina y esconder allí la muñeca kokeshi que usarían para testear el funcionamiento de las ondas Konban wa.
La niña robotizada sabía que Agustina estaba en el hall del hotel con su novio y Katsuo pronto entraría distraídamente para que apuntaran su atención hacia él. Genbu e Izanami le habían traspasado las imágenes y la información referida a la seguridad del “Ragguardevole” a Geisha. Esta contaba con todos los datos que necesitaba para colarse y cumplir con éxito su misión sin ser vista.
La habitación de Agustina tenía una decoración delicada y sencilla, no había demasiada tecnología dispuesta en las paredes y techos, ni sobre los muebles, sólo la necesaria para facilitar la vida cotidiana. Geisha estaba acostumbrada a estar rodeada de objetos electrónicos y robotizados, de metales y luces, cables y sensores, radares y rayos de diferentes utilidades, nunca se había sentado en una silla o acostado en una cama.
Como sabía que disponía de tiempo decidió aprovechar la oportunidad. Subió al suave y mullido colchón de Agustina y con cuidado y temor se recostó. Acarició el cobertor verde y chequeó con sus habilidades técnicas el material con que estaban fabricados cada uno de los componentes de la cama. Disponía de información nueva, aunque desconocía si le sería de utilidad, sentía que para ella era importante porque le interesaba. Con sus ojos vidriosos recorrió cada centímetro de la habitación hasta que colmó de imágenes agradables su computadora cerebral.
Katsuo había querido que actuara como una niña, por lo tanto, se abstuvo de programar a Geisha de manera estricta, ella carecía de varias de las habilidades extremas de las demás kokeshi y era imprudente. Debido a la alta seguridad reinante en el hotel, Katsuo no permitió que ninguna de las demás robots estuviera presente mientras Geisha cumplía su misión. Las mujeres robotizadas no estuvieron de acuerdo, pero debieron obedecer a su jefe.

Geisha perdió la noción del tiempo cuando logró abrir el placard de Agustina. Maravillada con la ropa y las pertenencias de la joven, olvidó que disponía de menos de veinte minutos para esconder el juguete, colocar un diminuto sensor, que se desintegraría luego de doce horas, en la almohada de Agustina (para controlar sus ondas cerebrales durante el sueño) y salir sin dejar rastros."


¡Gracias por leerme! ¡Gracias por sus comentarios!
Saludos a todos.
                                                                                                                           Dolly Gerasol