Hola a todos:
Un nuevo episodio de mi blog novela. No olviden dejar sus comentarios para inspirarme :)
Los juguetes de Katsuo/Por Dolly Gerasol (obra provisoria)
(Todos los derechos reservados-All rights reserved)
Episodio IX
"Agustina acostumbraba ingresar al hotel
por la entrada de servicio, por lo que se encontró con Sara antes que con su
padre.
—Hola, Agus. ¡Qué bueno que estás de
mejor humor! La caminata te hizo muy bien al parecer -comentó Sara contenta por
ver sonreír a su sobrina del alma.
Agustina no quería que nadie notara el
motivo de su cambio de ánimo, aunque sospechaba que a Sandro no se le había
escapado la deducción. Esperaba que no le comentara nada a su padre, sino éste
le haría una entrevista para conocer al fulano que le alegraba la vida.
—Sí, tía. Me siento mejor, aunque espero
no pescar un resfriado. Hace mucho frío afuera -contestó mientras se acercaba a
darle un beso y un abrazo.
Luego, se sirvió un pedazo de pastel de
chocolate y comenzó una amena charla con Sara. A los diez minutos de iniciada
la misma, Justino ingresó en la estancia con semblante serio y preocupado.
— ¿Está todo bien, Pá? No traes buena
cara -observó Agustina dejando de lado el pastel.
—Hija, si terminaste con eso, quiero que
vengas conmigo a la sala de seguridad. Necesito comentarte algo importante.
La severidad de sus palabras no auguraba
que la información fuera agradable.
Se despidieron de Sara y se dirigieron
al cuarto piso del edificio, donde se encontraba el sistema central de control
de cámaras, micrófonos y dispositivos de seguridad de todo el hotel. Agustina
no acostumbraba ingresar allí, sentía que ese sitio era casi sagrado y el
trabajo que se desarrollaba ahí dentro no debía ser interrumpido ni distraído
con nimiedades. La sala era una habitación amplia, repleta de diversos
artefactos tecnológicos, algunos fáciles de manipular y otros que Agustina no
alcanzaba a entender cómo funcionaban. En una caja de seguridad se encontraban
las armas que necesitaban para proteger a las personas que transitaban por el
hotel, además de las que portaban en sus jornadas laborales los empleados a
cargo de tales tareas.
Justino tenía doce hombres contratados
para defender y cuidar la vida y los intereses de quienes formaban parte del
hotel o lo visitaban. Estos cumplían turnos rotativos que cubrían las
veinticuatro horas del día. Normalmente alcanzaba y sobraba esa cantidad de
personal, pero en acontecimientos de la magnitud de la Convención, pecaba de
escaso; por eso se contactó con su amigo Gregorio Bermúdez y le pidió
refuerzos. Como a C.E.S. le convenía tener acceso a los invitados de la
C.I.F.J. hicieron un acuerdo de mutua y leal cooperación.
Justino se conectaría con la sede
central de C.E.S. las veinticuatro horas desde su habitación o desde la sala
que disponía en un lugar estratégico del hotel, para intercambiar novedades.
Los dos hombres de turno, saludaron a
Agustina cuando ingresó en la sala, sin dejar de monitorear lo que acontecía en
diferentes sectores de las instalaciones, mientras se comunicaban con los
compañeros que patrullaban dentro y fuera del hotel.
La ciudad se había vuelto peligrosa y
los maleantes atacaban en comandos, estaban bien preparados y acechaban a las
personas que ostentaban mucho dinero y poder; por eso el “Ragguardevole” solía estar en la mira. Aunque no era el único, ya
que Puerto Madero era una zona hotelera por excelencia.
Agus conocía a todo el personal de la
empresa, su padre siempre le presentaba a los nuevos empleados. Justino
consideraba que su hija, como heredera del negocio, debía estar al tanto de
todo en caso de que él faltase sin previo aviso. Ella conocía el funcionamiento
integral y dónde se guardada la documentación importante del hotel, lo único
que no conocía demasiado era lo que se encontraba en esa habitación en
particular y cómo se llevaban a cabo las tareas específicas de seguridad; pero
para eso estaban los hombres como Sandro, aunque él, desde hacía tres años,
ocupaba el puesto como su guardaespaldas personal.
Justino quería darle a conocer a Agustina
el acuerdo que tenía con la empresa de Bermúdez, porque iba a toparse con
nuevos hombres y equipos de inteligencia que no les pertenecían.
—Hija, bien sabes que la Convención ha
reunido a muchas personas importantes y adineradas. La seguridad habitual que
poseemos resultó insuficiente, por lo tanto, contaremos con la ayuda de la
empresa de mi viejo amigo, Gregorio Bermúdez. Cuando lleguen los empleados que
él destinó a esta tarea, te los iré presentando –le explicó mientras le
mostraba el equipamiento- Voy a necesitar que vengas de vez en cuando a esta
sala, más ahora que estás de vacaciones, para que te mantengas al tanto. En
caso de que yo esté demasiado ocupado, tú serás mi asistenta.
Le hablaba con tranquilidad y seriedad,
consideraba a Agustina como una persona adulta, a pesar de estar en plena
juventud. Para lo que tuviera que ver con el negocio familiar, su hija dejaba
de ser la pequeña niña a la que protegía a sol y sombra.
La joven asintió sin interrumpir las
palabras de Justino, quien agregó: —Tenías razón cuando, hace unos días, me
insististe con que extremara las medidas de seguridad. Afuera anda mucho buitre
suelto y la policía no alcanza para protegernos a todos -finalizó un tanto
desmoralizado. Su amigo Gregorio le había advertido acerca de su nuevo huésped:
Katsuo Tanaka. Le contó acerca de la información que los alemanes recabaron sobre
éste mediante la investigación que llevaban adelante desde hacía varios meses.
El dueño del hotel prefirió guardarse para sí tales detalles, no quería generar
una paranoia frente a la posible peligrosidad del sujeto.
Agus se sentía importante y se alegraba
mucho cuando su padre depositaba su confianza en ella y la tenía en cuenta en
sus decisiones.
—Me alegra saber que has escuchado mis
advertencias y poder ayudarte a cuidar el hotel y su gente. Aunque sea una
adolescente despreocupada, tengo conciencia de la situación actual y de la
importancia de la Convención -apuntó mientras evocaba en su mente las palabras
que Fabio le dijera el día que se conocieron: “No vuelvas a salir sola a
deambular por la ciudad. Hay muchos peligros acechando. La Convención está
atrayendo personas malvadas a Buenos Aires. Ten mucho cuidado, incluso dentro
del hotel.”
—Hija, te
quedaste muda… No me gusta preocuparte más de lo normal para tu edad. No
debería complicar tu vida con los problemas de los mayores -dijo Justino
lamentándose por asustar a su pequeña.
—Papá, no soy
una nena. Si no cuentas conmigo voy a sentirme peor. Además, no me gusta vivir
en una burbuja de cristal, ya lo sabes -comentó mientras sonreía con dulzura
para relajar la tensión.
—Cuando tenga más novedades te las haré
saber. ¿Te gustaría que nos tomemos un rato libre? Necesito despejarme un poco
-comentó Justino mientras se pasaba una mano por sus cabellos entrecanos-
Podemos ir al shopping a dar una
vuelta y hacer algunas compras.
—Me gustaría más ir al cine súper
tridimensional. ¿Te parece bien? -invitó Agus con su tierna mirada convincente.
—Lo que tú quieras –aseguró y la besó
con cariño en la frente.
Cuando Sandro recibió la confirmación
del señor Ferrari de que él y su hija iban a ausentarse un par de horas,
aprovechó para cumplir el plan trazado por Lucas y Justino para reforzar la
protección de Agustina.
Lucas Seagal le había entregado a
Justino varios chips localizadores, para que colocara en los calzados de su
hija; de esta manera la tendrían vigilada permanentemente, sin correr riesgos
cuando ella eludiera a sus guardaespaldas.
Sandro necesitó de la complicidad de
Sara para acceder a la habitación de la joven, sólo Agustina y su tía contaban
con llaves magnéticas para entrar. Además, Sara tendría que recolocar los
objetos que Sandro manipulara, porque ella era quien conocía lo observadora y
metódica en el orden de sus pertenencias que era la señorita Ferrari. Agus no poseía
objetos demasiado costosos, lo valioso para ella era su espacio personal y su
orden particular.
Al finalizar, Sandro comunicaría a los dos
hombres interesados en la protección de Agustina que el trabajo estaba
terminado."
¡Gracias por leerme!
Saludos a todos.
Dolly Gerasol
muy bueno amiga!!!
ResponderEliminarMuy bueno hasta acá Dolly! Muy interesante la novela!!!! =)
ResponderEliminarLo que te iba a decir ya lo puse en el capitulo 5, lo único que agregaría es que haría los diálogos mas distendidos, que se noten diferentes al resto del relato. Espero el 10!!!
Muy interesante, a veces me enredo con esas iniciales, pero ya me estoy habituando, y de vez en cuando repites lo que dices en la narración en los diálogos, es la única observación, lo demás está genial. Me voy al 10... :-D
ResponderEliminarPregunta técnica...en la editorial me aconsejaron cambiar el guion corto por ese mas prolongado que vos usas al comienzo de cada dialogo...ahora la pregunta es:¿cuando termina el dialogo va otro guion corto q es el que yo uso incorrectamente también al comienzo de cada dialogo...paso al ej:
ResponderEliminar-me gustaría ir al cine super tridimensional. ¿te parece bien?-invitó Agus con su tierna mirada convincente.
¿el 1ero como lo busco en el teclado? ah! y voy a aplicar lo del clic derecho yo tamb (^.~)
Hola, @cintia carrizo! El guión largo se logra con Alt + 0151. Yo primero uso el largo y luego en la acotación de narrador uso el corto. Saludos!
Eliminargracias Dolly! lo descubrí hace unos días. En mi tablero es alt 196.
Eliminary si, creo que el de la acotación bien podría ir el corto, aunque x ej Claudia Piñeiro utiliza el largo en ambos casos...O.o!
bueno, a la tarea de corregir mis diálogos me aboco :p
que plomo corregir!
saludos!